Con la vista puesta en las elecciones locales y autonómicas del 22 de mayo y también en las generales de marzo de 2012, Mariano Rajoy recuperó una vez más su discurso más contundente sobre inmigración.
Un día después de que el candidato del PP en Badalona prometiera “mano dura” contra aquellos extranjeros que sólo vienen a delinquir, el líder de la oposición no llegó a tanto, pero sí apostó por el “respeto a la ley y a las normas, asunción de los valores, legalidad y luego integración”, afirmó ayer en su visita a Castelldefels, Hospitalet y Barcelona.

El presidente de los populares, evitó referirse, ni para avalar ni para desautorizar, las palabras de Xavier García Albiol, que por otra parte sí hizo suyas la presidenta del PP en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho. Un discurso firme, xenófobo para algunos, sobre inmigración que en las pasadas elecciones catalanas dio al PP los mejores resultados de su historia y con los que arrebató al PSC un buen pellizco de votos en el área metropolitana de Barcelona y en los extrarradios de las ciudades.

Rajoy, que quiere aprovechar la inercia de los buenos resultados cosechados en las autonómicas, reiteró que en 2012 volverá a rescatar el contrato de integración que ya propuso en los comicios generales de 2008. “No hay nada peor que la ausencia de integración”, expresó. El presidente del PP sostuvo que este documento ya existe en otros países europeos y garantizó que lo recuperará si llega a la Moncloa en 2012 porque el respeto a las normas favorece tanto a los nacidos en España como a los que han llegado a trabajar y se ganan la vida en territorio español.

Entre otras medidas, el contrato, que tendría que ser firmado por todos los inmigrantes que llegaran a España y que pretendan trabajar y residir en el país, recoge que deberán comprometerse a cumplir las leyes, respetar los valores y costumbres, aprender el idioma, trabajar activamente por integrarse y regresar a su país si se queda sin trabajo.