Los servicios médicos griegos hospitalizaron hoy en Atenas y Salónica a 54 inmigrantes que están desde hace 36 días en huelga de hambre para reclamar un permiso de trabajo.

Los hospitalizados forman parte de un grupo de unos 300 inmigrantes, en su mayoría magrebíes, que iniciaron una huelga de hambre hace más de un mes en demanda de un permiso de trabajo y de residencia en Grecia.

Los servicios sanitarios decidieron el ingreso ante el peligro de que los órganos vitales de estas personas pudieran verse afectados de forma permanente, informaron fuentes médicas.

Entre los ingresados, 14 tenían síntomas de fallo renal y una treintena presentaba otros problemas de salud, después de un mes en el que solo han tomado agua con azúcar.

Desde el pasado domingo, 36 de los manifestantes en Atenas se niegan a beber incluso agua y 18 de ellos han sido ingresados en un hospital, según informó a Efe un portavoz del comité de solidaridad con la protesta.

Artistas, actores y académicos asistieron hoy a una rueda de prensa en Atenas en apoyo a los inmigrantes en huelga de hambre.

Nadia Vartzelí, médico integrante del comité de solidaridad, declaró hoy que “el tiempo se está acabando y el Gobierno no se da cuenta de ello”.

Los 300 inmigrantes irregulares iniciaron la protesta en Atenas y Salónica el pasado enero para presionar al Gobierno a fin de que legalice su presencia en Grecia, pues, a pesar de vivir y trabajar en el país desde hace muchos años, según aseguran, no han podido renovar sus permisos de residencia y trabajo.

Unos 237 inmigrantes sin papeles se encuentran en huelga de hambre en un edificio cedido por un ciudadano en el centro de Atenas, “bajo penosas condiciones de alojamiento y cuidado”, según el médico Thanasis Karabelis, del comité solidario.

De ellos, un tercio de los que siguen las protestas se hospeda en carpas desplegadas en el patio del edificio en medio del crudo invierno, con temperaturas de hasta 2 grados bajo cero, denunció el comité.

Otros 50 inmigrantes que protestan en Salónica están alojados en el Centro del Trabajo de la ciudad.

El ministro griego del Interior, Yanis Ragusis, insistió ayer en que “no se concederán permisos de estancia masivos” a inmigrantes irregulares.

Grecia constituye la entrada de la mayor parte de la inmigración ilegal a la Unión Europea (UE), según datos de la Comisión Europea.