Claudia Araceli Ruiz está pasando los días más amargos de su vida. Con 24 años, la boliviana ha perdido una batalla: intentar apartar a su hermana del hombre que la semana pasada la mató de una cuchillada en el corazón en un piso de la calle Gregorio Gea de Valencia. Ahora, otra lucha la embauca: «conseguir que sus restos vuelvan junto a mi familia para que puedan enterrarla allá».

Ese «allá» del que habla con nostalgia es la ciudad de Santa Cruz, el lugar donde Gigliola Carlen Ruíz Gevara nació hace 32 años. De allí partió en 2005 con un solo deseo: «Intentar ayudar en casa a mi madre y a sus cuatro hijos que siguen allí». En ese tiempo se desvivió por trabajar, pero se tropezó en el camino con un hombre «posesivo y controlador» que a la postre se ha convertido en su verdugo.

La hermana de la víctima recorre las calles con una hucha en la que ha pegado una foto de su hermana. Busca fondos entre la comunidad suramericana. «Necesito 7.000 euros para repatriarla», estima. En breve, pedirá el apoyo de la Delegación del Gobierno y de la Conselleria de Inmigración.