El CEIP L´Entorn, situado en Porqueres, tiene un total de 446 alumnos, de los cuales una cuarentena son inmigrantes . La particularidad es que estos estudiantes extranjeros provienen del municipio vecino de Banyoles. Cada mañana un autocar deja a muchos de ellos delante de la puerta de la escuela y los va a recoger a las cinco de la tarde. Otros prefieren ir a pie o en bicicleta. También el CEIP El Frigolet, ubicado en el mismo municipio, acoge alumnos inmigrantes que son de la capital del Pla de l´Estany.

Esta experiencia sirve de precedente para la propuesta que la alcaldesa de Salt, Iolanda Pineda, lanzó hace tres semanas. De momento el balance es positivo. La iniciativa, que ambas poblaciones llevan a cabo desde hace más de diez cursos dentro del llamado plan de escolarización extensiva, es, según explican sus impulsores, un buen recurso para favorecer la cohesión social. “Fomenta la convivencia, facilita la integración y evita que todos los alumnos inmigrantes se concentren en un mismo centro”, asegura el concejal de Educación del Ayuntamiento de Banyoles, Jordi Congost, quien advierte que si no se hubiera puesto en marcha este plan, actualmente habría en la ciudad una escuela y media ocupada únicamente por alumnos extranjeros. “Un 33% de la población escolar que hay en Banyoles es inmigrante. Del total, un 25% es de origen africano y el 8% restante de China, América del Sur o Europa del este”, concreta Congost.

El director de L´Entorn, Salvador Coll, confiesa que el plan añade al centro una problemática que inicialmente este no tenía, aunque reconoce el valor de la iniciativa. “Sirve para escolarizar a los alumnos de manera equilibrada favoreciendo la cohesión social. Sin embargo, cuesta salir adelante porque hay pocos recursos económicos”, destaca Coll.

Pero esta experiencia en la que de momento pesan más los beneficios que los inconvenientes podría resentirse si no se construyen nuevas escuelas. Coll advierte que su escuela está actualmente muy saturada. “Tenemos unas ratios muy elevadas, así que sólo podemos acoger a los hermanos de los alumnos inmigrantes que ya han estudiado en el centro porque si no los de Porqueres se quedarían fuera”, señala.

Asimismo, el Ayuntamiento de Banyoles también encuentra alguna dificultad en el desarrollo de la iniciativa. Desde hace dos años se hace cargo de los gastos del transporte escolar, que suponen 15.000 euros anuales, porque, según explica Congost, el Govern retiró los recursos económicos. “No quisimos renunciar a este plan de escolarización extensiva, que este año cuenta con unos 80 alumnos, ya que consideramos que es una pieza clave y una buena práctica para facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje y para que haya una mayor integración de los estudiantes y las familias”, apunta Congost.

De momento, no parece que Salt pueda aplicar una experiencia que, además de Banyoles, están impulsando países europeos. Es el caso de Dinamarca, donde el alumnado inmigrante se distribuye en Copenhague.