EDITORIAL
Una educación que no fomente los guetos
- La inmigración ha cogido a los países con el paso cambiado y requiere medidas
Diario de Navarra, , 24-02-2011El Defensor del Pueblo de Navarra presentó ayer al Parlamento Foral su informe sobre alumnos extranjeros en edad escolar. Instó a lograr una mejor distribución para evitar los guetos.
El 80% del alumnado es extranjero en ocho centros escolares públicos, si bien ese porcentaje no es el de la mayoría de colegios e institutos de la red pública, en los que la media de los inmigrantes es de un 25%. Son datos llamativos del informe una encuesta a 698 alumnos hecha por dos profesores de la UPNA que ayer presentó el Defensor del Pueblo de Navarra al Parlamento Foral. Sobre esa base estadística en cierto modo, preocupante el Defensor instó a que Educación corrija y equilibre la distribución de los inmigrantes entre las aulas públicas y las concertadas, para evitar la formación de guetos en determinados centros, peligro que no es privativo de Navarra y del que ya advirtió el Consejo de Europa. La integración del inmigrante parece natural y más fácil en los primeros años de vida, pero sería un error darla por fruto natural de la convivencia en las aulas o en el patio de recreo. No es una cuestión fácil que tenga sólo una variante, la sociedad receptora. Los chicos inmigrantes se sienten miembros de grupos sociales diferentes dice el informe del Defensor. La educación es un derecho que no se fundamenta en la nacionalidad de origen, ni en el status socioeconómico de la familia. Pero es un derecho que tutelan y ejercen los padres y a veces son éstos quienes prefieren un colegio, al margen del coste económico, precisamente para que su vástago encuentre compañeros de su propio país. Sin anular ni siquiera cuestionar la conciencia de su identidad original, cuanto antes se diluya esa burbuja, más fácil parece la integración cultural y social. Ese logro tiene que ver con la responsabilidad política sobre el sistema educativo y, por supuesto deben colaborar en ello, activamente, los profesores y los padres. La integración plena debe avanzar también en los dos sentidos, tanto de la comunidad receptora como desde la voluntad de quienes llegan. El problema es que la inmigración ha cogido a países y comunidades con el paso cambiado, pendientes de asuntos prioritarios el mismo sistema educativo es uno sin resolver y el fenómeno migratorio ha adquirido una dimensión que requiere reflexión y medidas concretas.
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