bahiyyih nakhjavani escritora

"Las mujeres iraníes se maquillan y visten modernas en casa pero salen con velo"

Deia, cristina m. sacristán, 21-02-2011

bilbao. Dulce pero contundente, vital y brillante, como la protagonista de su última y exitosa novela, Bahiyyih Nakhajavani (Teherán, 1948) desliza su discurso en un melodioso inglés británico, sirviéndose de sus manos para enfatizar metafóricamente sus ideas. Ha sido traducida en diez idiomas, actualmente da clases de inglés en Francia, es doctora honoris causa por la Universidad de Lieja, procede de familia bahai y casi grita sus convicciones feministas y de que las mentes abiertas permiten avanzar a este mundo.

Es experta en Shakespeare y la literatura renacentista inglesa.

Sí, hice el doctorado en América. Amo, adoro la literatura inglesa.

Y ha escrito este libro en inglés…

Sí, pero aún no lo han editado en Gran Bretaña. Sí en italiano, en francés y en castellano. Puede ser que por cultura los latinos puedan entender mejor la mentalidad persa.

Quizás aquí las mujeres necesitamos avanzar más que en Inglaterra.

Creo que tienes razón, que la situación de las mujeres en el Sur de Europa es más cercana a la de las que viven en Oriente Medio, sí.

Su maleta es una de las más rápidas del mundo, pues nació en Irán, fue criada en Gran Bretaña y Uganda, ha vivido en Canadá y EE.UU…

Ja, ja. Mi familia es bahai, y estamos diseminados por todo el mundo. Uno de los principios de la fe bahai es que el mundo es un solo país. Pero cada vez más gente va cambiando de país.

Esos traslados habrán enriquecido su escritura y su visión de la vida.

Sí, adoro encontrar diferentes puntos de vista. Y en los libros, especialmente, cuando tienes diferentes perspectivas, personajes… Escapas de las dicotomías: te das cuenta de que todo es diferente pero también cierto.

Su protagonista, Tahirih, fue presa en el siglo XIX, pero ¿actualmente puede una iraní vivir como ella lo intentó? Era avanzadísima…

Lo interesante es que hace siglos pocas personas tenían su talento, su fuerza, su forma libre de vivir. Hay muchas formas diferentes de estrangular la libertad en Irán. Por ejemplo, en el hogar las mujeres se visten de forma moderna, se maquillan… pero para salir se ponen velo. La mayoría de los estudiantes están buscando el cambio, y poniéndose en situaciones peligrosas. Las bahais en Irán sufren una terrible presión.

Parece que Ahmadineyad es opresivo con quien piense por sí mismo.

¡Con todo el mundo! Algunos bahais son considerados herejes. No hay identidades, no hay razas en Irán. Los bahais no van a la universidad. Son los principales cabezas de turco. Dos mujeres bahais han sido presas recientemente y torturadas terriblemente, en cárceles en las que hay un baño para cientos de personas.

Algo similar cuentan las mujeres saharauis de las cárceles marroquíes.

Así es.

Pero algo está cambiando en países árabes como Egipto, Túnez, Yemen…

Sí, y Bahrein. ¡Diez mil personas protestando hace unos días! Es como un efecto dominó, uno tras otro…

O sea, que puede que cambie ese status quo…

Sí, y en Irán también. El guante allí es la religión, y debajo está el poder militar, la dictadura violenta. La gente ha empezado a querer nuevas elecciones. De allí llegan diferentes voces, hay mucha fragmentación.

¿Ha “resucitado” a Tahirih como símbolo de estas formas de ver la vida?

Deseaba devolverla a la vida como un símbolo de esperanza. Porque tenía tanto coraje y sus condiciones eran tan malas, y fue ¡tan segura!

¿Fue una visionaria?

¡Lo fue de verdad! Incluso vio cosas que luego pasaron. Somos testigos.

Valiente y excepcional, una Hipatia, pero ambas lo pagaron con sus vidas.

Sí. Una mujer de clase alta no era asesinada en público. Si era una criminal ordinaria en Teherán la tiraban desde una torre. Si era adúltera, la lapidaban. Pero el crimen de Tahirih era la apostasía, por ello no podían matarla, pues eso quería decir que pensaba por sí misma… y una mujer no podía pensar. Así que buscaron otra fórmula para hacerla morir, como acusarla de hereje. Al final, la estrangularon de noche, lejos de la ciudad.

Aún las siguen lapidando en Irán.

Por adulterio, sí.

Estas mujeres eruditas y audaces fueron incluso más avanzadas que muchas de la actualidad.

¡Es cierto! Se convirtió en algo equivalente a un sacerdote en educación, aunque no podía serlo porque era mujer. Ella sabía más que los hombres y ellos se quedaban sin argumentos. Y eso les ponía furiosos.

¿Cree que la auténtica revolución de la mujer viene de la unión?

Sufrimos una enfermedad en el mundo, desde el siglo XX, y la única medicina es la unidad. Tenemos algunas medicinas falsas: colonialismo, conformidad… Unidad significa que entendemos que somos diferentes. Eso nos hace más ricos.

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