Un grupo de desconocidos atacó este martes a tiros a dos agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) cuando se desplazaban en coche en un viaje oficial que les llevaba desde la capital México DF mexicana a la norteña ciudad de Monterrey. Uno de los policías ha fallecido y el otro policía, herido de bala en una pierna y un brazo, está recibiendo atención médica, según ha informado en un comunicado la Secretaría de Asuntos Exteriores mexicano.

Una fuente de la embajada de Estados Unidos en México indicó que los dos agentes especiales fueron tiroteados “durante un asalto en el trayecto hacia Monterrey”. El ministro de Exteriores mexicano ha condemando el ataque en el mismo comunicado, al tiempo que ha expresado "su solidaridad con los familiares de las personas agredidas y ha asegurado que van a cooperar con las autoridades estadounidenses en las investigación del crimen.

El Gobierno de Estados Unidos también ha condenado enerérgicamente el ataque: “Cualquier acto de violencia contra personal del ICE, es un ataque contra todos aquellos que sirven a nuestra nación y ponen su vida en riesgo para nuestra seguridad”, ha afirmado tajantemente Janet Napolitano, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional de EE UU.

El ICE ya trabaja con el Departamento de Estado de Estados Unidos y con las autoridades mexicanas, así como con otras agencias de seguridad estadounidenses, para investigar los motivos que han podido causar este ataque contra los dos agentes especiales.

“Esta tarde, dos agentes especiales del ICE asignados a la oficina en México fueron tiroteados en el cumplimiento del deber mientras se dirigían de México a Monterrey por asaltantes desconocidos”, indicó un comunicado oficial del Servicio de Inmigración y Aduanas.

La violencia relacionada con el narcotráfico es habitual en el norte de México desde que en 2006 el presidente del país, Felipe Calderón, lanzara una campaña policial y militar para luchar contra los carteles de la droga. Este no es el primer ataque contra funcionarios norteamericanos en el país. El asesinato en marzo del año pasado de dos ciudadanos norteamericanos y de un mexicano que trabajaba para Estados Unidos, llevó al Departamento de Estado de EE UU a aumentar la seguridad en las operaciones que se realizan en el norte de México. Aún así, mientras los ataques de los narcos a la policía mexicana son habituales no lo son tanto contra personal norteamericano.