CRÍTICA DE CINE

Blanco y negro

El Correo, JOSU EGUREN, 14-02-2011

Ahora que Angela Merkel y David Cameron han proclamado el fracaso del multiculturalismo, ‘Territorio prohibido’ trata de explicar el fenómeno desde la perspectiva de un abanico de inmigrantes sin papeles. El problema es el mismo de siempre: que el tono paternalista y simplón con el que se trata el drama migratorio coloca el filme al borde de convertirse en un manual de urbanidad para analfabetos.
Asiáticos, hispanos, árabes… Wayne Kramer salta de un grupo étnico a otro sin mojarse, reescribiendo un panfleto con letras gruesas en el que se cruzan historias como la de una australiana (¿Naomi Watts? ¿Nicole Kidman?) que se prostituye a cambio de una tarjeta de residencia, o la de una estudiante musulmana amordazada por el Acta Patriótica. Y en medio de ellas dos aparece Harrison Ford, soportando el peso de los millones de retoques de ‘photoshop’ con los que se empeña en falsear su edad cuando se enfrenta a un estreno; minuto dos de ‘Territorio prohibido’ y el viejo Indy transmite los síntomas de ser un actor derrotado que no sabe muy bien cómo ha aterrizado en un drama multibanda, cuando apenas existe una masa crítica de espectadores interesados en la lectura de imitaciones de ‘Crash’ y ‘Babel’.
¿Es ‘Territorio pohibido’ otro sermón progre? Lo es, tanto que los personajes más interesantes son los diseñados para alimentar el desprecio del espectador. El hecho de que Ray Liotta, el ‘malo’ de la película, se emparente con una abogada experta en inmigración tampoco habla excesivamente bien de un guión que toma todos los hatajos posibles para encauzar la historia. Aún es más perezosa la planificación de Wayne Kramer (‘The Cooler’), que recurre una y otra vez a los mismos trucos de raccord para unir las piezas. Lejos de gratas experiencias cómo ‘The Visitor’, ‘Territorio prohibido’ se queda en una suma de propósitos tan bienitencionados como olvidable, que alarga dos horas para contar lo mismo que el ‘Black or White’ de Michael Jackson.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)