Inmigración y derechos
Diario de Noticias, 14-02-2011LA universalización del voto es la quimera de las comunidades perseguidas y discriminadas desde que quienes propugnaron la Revolución Francesa dieron al traste con el Antiguo Régimen y obligaron a la elección de representantes de los pueblos. Olympe de Gouges, Gandhi, Martín Luther King, Malcom X, Rosa Parks, Juana Azurduy, Clara Campoamor y otros miles de personas luchadoras conocidas y anónimas, seres imprescindibles, y de organizaciones sociales, han dedicado sus vidas y desplegado sus luchas para reivindicar, conquistar o defender ese básico e inalienable derecho de ciudadanía; otras muchas personas, innombrables, caídas en el olvido, a negarlo, a perseguirlo, a borrarlo. Comúnmente se le llamaba voto universal a la posibilidad de que la mujer se vinculara al sistema electoral de un Estado; pero han sido muchas las luchas sociales, las realidades que han impulsado los cambios, las que han logrado que el imaginario colectivo acepte y promueva como la verdadera universalidad del sufragio a la participación de la población adulta del Estado en sus designios, sin importar la etnia, religión, sexo, condición social o procedencia.
Vale la pena destacar, de entre multitud de historias de hombres y mujeres que han creído en la raza humana, como icono de esas luchas, a Rosa Parks, que el día 1 de diciembre de 1955, en Montgomery (Alabama) desobedeció a un chófer de autobús que, aduciendo la ley existente en ese momento, le ordenó “levantar su culo negro de donde lo había puesto un blanco”, a lo cual se negó y fue por ello arrestada y enjuiciada; pero gracias a su tesón y a su valentía encendió la chispa de la resistencia civil que, de la mano de Martin Luther King y de la comunidad afroamericana, conquistó amplios derechos civiles y políticos para su comunidad. Sin proponérselo, le abrió el camino al actual mandatario estadounidense.
El Gobierno español acaba de dar un tímido paso hacia el reconocimiento del sufragio universal al posibilitar que miles de personas inmigrantes con más de cinco años de residencia legal en el Estado español puedan participar (sin poder ser elegibles) en los próximos comicios municipales. Aún quedan muchos prejuicios y grandes obstáculos por remover, pero es un paso hacia la universalidad del voto.
Tal vez pensando en allanar esos impedimentos y en cumplir con los derechos de ciudadanía, la actual alcaldesa y candidata a presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, y el candidato a sustituirla, Enrique Maya, se reunieron para “conocer de forma más directa las inquietudes y preocupaciones del colectivo inmigrante” (en lo que un diario calificó como su primer acto conjunto de cara a las elecciones del próximo mes de mayo), con representantes de FAIN, una pequeña organización de asociaciones que precisamente ha gastado decenas de miles de euros, de la mano de la Oficina de Atención a la Inmigración de Navarra, en proyectos de escasa cobertura y poco impacto entre la población inmigrante.
Sería bueno que candidatas y candidatos de Unión del Pueblo Navarro, al igual que de otros partidos, se reunieran con el conjunto de organizaciones y colectivos de inmigrantes para hablar de la seguridad ciudadana que ejercen las policías Foral y Municipal; de las miles de familias que han perdido la vivienda y de las miles con dificultades para cumplir con los pagos de las hipotecas y en proceso de desahucio por la Caja de Ahorros de Navarra (de la cual la candidata, junto con Miguel Sanz, han sido consejera/o delegada/o) y por otras entidades financieras asentadas en la Comunidad; del paro que golpea a más del 50% de personas inmigrantes y de las rentas básicas que con los escasos presupuestos aprobados por la actual Administración, se empiezan a restringir y a negar, aunque se anuncie con bombo y platillo que el Gobierno consiguió ahorrar 111 millones de euros de los presupuestos de 2010.
Sóstenes Rodríguez Montes, Marcelo Argañaraz de Arco, Leonel Arroyo Jiménez, Silvia Marambio Catán, Abdulsattar Abed, Yolanda Rodríguez Villegas, Rafael Paredes Giraldo, Ainhoa Aznárez Igarza y Félix Esparza Fernández
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