el inmigrante turco
La Berlinale se rinde ante la historia de Hüseyin, el inmigrante turco
"Alemanya. willkommen in deutschland" logró conmover a todos los asistentes
La primera aportación a concurso del país anfitrión fue acogida con frialdad en el pase para la prensa
Diario de Noticias, 13-02-2011berlín. La inmigración turca alegró ayer una jornada algo opaca de La Berlinale con su última producción Alemanya. Willkommen in Deutschland. El país anfitrión se atrevió con un retrato del desarraigo del cooperante en África, Schlafkrankheit, mientras el gigante estadounidense optó por Yelling to the Sky, con Zoe Kravitz jugando a Precious.
La historia de Hüseyin, un turco que entra en Alemania detrás del portugués Armando Rodrigues – el famoso inmigrante un millón al que se regala una moto – , convertida en una comedia bienintencionada. El largometraje desembarcó en La Berlinale como antídoto a las tesis islamófobas de Thilo Sarrazin, que anunció en su best – seller la “descomposición de Alemania” a causa de su islamización. El filme de las hermanas Samdereli venía apadrinado por el director del festival, Dieter Kosslick, para quien Alemanya sirve para mostrar “lo que los alemanes nos perdemos por eso de no ser medio turcos”.
El estreno se define como una comedia familiar y multigeneracional, que a veces roza la astracanada y que, a medida que avanza, pierde la frescura inicial, pero que permite echar unas risas y también entender los miedos de una familia de Anatolia en un país donde, les dicen, se cuelgan en las paredes hombres crucificados y sólo se comen patatas.“Se trata de una película plagada de anécdotas reales, como el pavor al crucifijo o la extrañeza de los niños, llegados de Anatolia, ante esos alemanes que sacan a pasean al perro atadito a una cadena”, explicó la directora.
Más profunda, y de digestión difícil, es la reflexión que ofrece Schlafkrankheit – literalmente, La enfermedad del sueño – , sobre el cooperante en África, desarraigado e integrado a la vez, que hace equilibrios entre el no comportarse como un neocolonialista más y no dejar que se le tome el pelo. Dirigida por Ulrich Koehler, el filme contrapone dos personajes: el médico europeo que tras veinte años en Camerún se encuentra que su mujer se vuelve a Europa porque lo impone su hija; y un inexperto colega francés de origen congoleño al que la Organización Mundial de la Salud envía a inspeccionar su proyecto.“Es un filme sobre europeos en África que dice mucho de Europa”, afirmó el director, quien ha pasado media vida en el Zaire y, por tanto, sabe de qué habla cuando retrata al médico “africanizado”, que no puede dejar de ser blanco y que no sabe volver. El filme fue acogido con cierta frialdad en el pase para la prensa, pero al menos se evitó la desbandada que provocó, también en la previa para los medios, Yelling to the Sky de la estadounidense Victoria Mahoney, que coloca en su película a Zoe Kravitz – hija de Lenny – junto a Gabourey Sidibe – la descomunal protagonista de Precious – al servicio de un argumento sobre marginalidad y drogas. >EFE
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