«Nos hemos quedado huérfanos»
El Correo, , 08-02-2011«Nos hemos quedado huérfanos». El lamento es del presidente de Gao Lacho Drom, Bartolomé Jiménez, que ayer puso voz y palabra al hondo sentimiento de pérdida que entristece a la familia gitana vitoriana tras conocer el fallecimiento, el sábado, de Julia Chávarri, «el ángel payo» que más luchó por su dignidad en las últimas décadas.
«Alma y corazón» de la asociación que sacó a los gitanos vitorianos de los caminos y los arrabales y los puso «en el buen camino» – el significado de esas tres palabras en lengua romaní – , Chávarri fue enterrada el domingo en su pueblo natal de Cenicero (La Rioja). Ayer fue despedida durante un multitudinario y emotivo funeral en la iglesia de Santa María de Los Angeles, en la calle Bastiturri. Tenía 79 años cuando murió y aún seguía siendo la directora del colectivo, aunque ya había preparado de forma concienzuda su relevo.
El patriarca recordó ayer que una joven y carismática religiosa del Divino Maestro comenzó en 1968 a «abrir todas las puertas y destruir todos los muros con una energía tremenda» para que el pueblo errante tuviera un futuro en Vitoria. «Lo que hizo, primero con el alcalde Lejarreta, luego con Marco Tabar y, sobre todo, con Cuerda era pionero en España. Nos consiguió un primer techo para abandonar las chabolas y los carromatos», evoca Bartolomé. «Me sorprendió desde el principio que además de hablar de integración, nos animaba a seguir siendo gitanos y a mantener nuestras señas de identidad como un derecho al que no debíamos renunciar», agrega.
Un día de 1970, Julia abandonó su vocación religiosa, pero no su entrega por el colectivo gitano al que se vinculó de por vida. «Les he visto transformarse más en cuarenta años que en cuatro siglos. Me han dado alegría, cariño y he aprendido de su sentido de la familia, de los buenos principios que están por encima de lo material», dijo en una entrevista concedida a EL CORREO hace tres años.
Alumna comprometida
«La recuerdo como alumna muy comprometida en la Escuela de Trabajo Social», relató José Ángel Cuerda. «Era valiente y responsable e hizo un trabajo enorme en Gao Lacho Drom. Una mujer verdaderamente ejemplar que consiguió contagiar su entusiasmo para integrar a los gitanos en todas las instituciones y yo creo que en todos los políticos. La veo en las aulas puente esforzándose para que aquellos niños aprendieran lo suficiente y pudieran ir a colegios normalizados. Fue una labor extraodinaria que ha dado grandes resultados», resumió el exalcalde.
Precisamente la educación, la vivienda y el trabajo fueron los pilares de toda la estrategia elaborada por Julia Chávarri y su equipo de trabajadoras sociales para que los gitanos pudieran tener un futuro digno en Vitoria y Álava. En los tres campos se han conseguido cotas impensables en los años sesenta, cuando la mayoría de ellos eran analfabetos y vivían en chabolas, completamente marginados.
Julia Chávarri se ha ido, sin embargo, sin que se cumpliera otro sueño: «ver a muchos de nuestros jóvenes en la universidad, un paso para llegar a la política. Siempre nos animaba a dar ese salto porque es donde más se puede influir para cambiar la sociedad. Si alcanzáis el poder tendréis más posibilidades de mejorar nos decía», señaló Bartolomé Jiménez.
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