Peligro de contagio

El Correo, 06-02-2011

La extensión de revueltas populares en varios países árabes, que por ahora han acabado con el régimen de Ben Ali en Túnez, acosan al de Saleh en Yemen y tienen al borde de la caída nada menos que al de Mubarak en Egipto, obligan por reflejo a mirar hacia Marruecos. ¿Está nuestro vecino del sur amenazado de contagio? Las redes sociales tejidas en Internet reflejan un malestar que puede atribuirse a sectores jóvenes e ilustrados del reino alauí pero que bien puede extenderse a una población descontenta con la marcha del país y azotada por la crisis. Ciertamente, es dífícil por ahora detectar una oposición capaz de desestabilizar a un régimen que ha mantenido la apariencia de una democracia multipartidista. Pero el poder absoluto que concede la Constitución al rey convierte a la postre el sistema en una democracia ‘otorgada’ y seriamente limitada en la práctica. Mohamed VI no solo no ha respondido a las expectativas liberalizadoras que despertó su llegada al trono, sino que parece haber ralentizado algunas de las reformas puestas en marcha por su padre, Hassan II. La posibilidad de desestabilización de Marruecos no puede, por tanto, descartarse y es asunto de la máxima importancia para España y para la UE, a las que ha servido como tapón de la inmigración ilegal y de la extensión del integrismo islámico.

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