Corresponsal

Sonó, como suele hacerlo cuando alguien intenta saltar la valla, la alarma que pone en funcionamiento a los agentes de la Guardia Civil de la frontera que separa Ceuta de Marruecos. La imagen visual era la misma que en otras ocasiones. Un hombre joven, de piel morena, junto a la valla fronteriza. Pero esta vez la historia era al revés: Ceuta no era el punto de destino, sino el de origen.

Se trataba de Omar, un ciudadano malí que hace cuatro años llegó a la Ciudad Autónoma en una balsa hinchable y, tras cuatro años intentando salir hacia la península, paraíso prometido en el imaginario de los inmigrantes , decidió desandar el camino de vuelta a su país de origen.

No fue detenido, sino identificado, y se le sacó del perímetro fronterizo. Al contrario de lo que se informó en un primer momento, no ha residido nunca en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), según la Delegación del Gobierno.