M. GUTIÉRREZ – Barcelona
El nuevo criterio para desempatar a la hora de elegir escuela o instituto ha dividido a la comunidad educativa. El Departament d´Ensenyament ha introducido una nueva norma en la preinscripción escolar: en caso de empate, los hijos de ex alumnos de un centro tendrán cinco puntos extra para conseguir plaza en este. La conselleria justifica esta decisión en el hecho de que así se fomenta la implicación de la familia en la escuela.

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, cree sin embargo que este criterio “discrimina” por razón de nacimiento, “cosa que contradice la ley de Educación de Catalunya”, y contribuye “a reproducir las desigualdades de los grupos sociales en la escolarización”. Se refiere sobre todo a las personas de origen inmigrante, que tendrían menos opciones de entrar en un determinado centro porque sus padres, evidentemente, no estudiaron allí. Ribó pidió ayer que se elimine este criterio.

La medida ha provocado tanto rechazo como aplausos. Las federaciones de asociaciones de madres y padres de alumnos (ampa) de la escuela concertada – Fapel y Escola Cristiana-han apoyado la iniciativa. En el sector de la enseñanza pública la reacción ha sido muy diferente. La federación de ampas de secundaria (Fapaes), el sindicato Ustec-Stes y el grupo parlamentario ICV la rechazan por los mismos motivos que el Síndic de Greuges. Los criterios que más puntos dan para elegir escuela son la proximidad – vivir cerca del centro-y tener hermanos escolarizados allí.