Después de la última paliza que le dio su padre el fin de semana, la joven, de 17 años, decidió no callarse más. El progenitor la había golpeado con el cinturón y le había provocado lesiones en la espalda, los brazos y en otras partes del cuerpo, como en muchas otras ocasiones, pero esta vez rompió su silencio. La menor, que padece sordera, llevaba un tiempo siendo asistida por los servicios sociales del Ayuntamiento de Erandio. Su familia, inmigrantes de origen boliviano, reside en el barrio de Astrabudua desde hace algún tiempo.

Cuando la muchacha apareció en la sede municipal a la que solía acudir para hablar con el asistente social, se desahogó y contó de forma voluntaria y espontánea su calvario. Según relató, sus padres, que tienen ambos 34 años, la maltrataban de forma habitual desde hacía años, señala la nota de prensa emitida ayer por el Departamento de Interior.

Retirada de la potestad

La víctima confesó que su padre la sometía a agresiones físicas, especialmente los fines de semana, y que su madre la arrastraba de los pelos y le enviaba mensajes con insultos y otros desprecios al teléfono móvil. Los continuos golpes, el trato vejatorio y la falta de cuidados de sus padres le han afectado a su equilibrio psicológico y sufre además otras alteraciones en su salud, según indica el Departamento de Interior.

Dada la gravedad del caso, el pasado jueves, 27 de enero, los encargados de los servicios sociales municipales decidieron comunicárselo a la Diputación foral de Vizcaya – responsable de la atención a los menores – y a la Ertzaintza. Durante la tramitación de las diligencias policiales, la joven estuvo permanentemente apoyada por un asistente social, detallan desde el Departamento de Interior.

Agentes de la Policía autonómica destinados en la comisaría de Erandio recabaron toda la información posible y obtuvieron testimonios de profesores y alumnos en el centro educativo al que acude en la actualidad la adolescente – situado fuera de la localidad vizcaína – , y en los propios servicios sociales del Ayuntamiento.

La Ertzaintza decidió imputar a los dos progenitores por un delito de maltrato habitual a la menor. Ambos prestaron declaración en la comisaría y las diligencias fueron remitidas a un juzgado de guardia de Bilbao. El juez encargado del caso decidió retirar a los padres la patria potestad de la menor, según indicaron fuentes oficiales. Los dos imputados, que están obligados a presentarse ante el juez, se encuentran a la espera del juicio. La menor agredida quedó en manos de la Diputación, que aún no ha asumido su tutela, ya que es un trámite no inmediato, sino que requiere de varios días.

Según informó el Departamento de Interior, la joven boliviana se encuentra ya ingresada en un centro foral de menores. Precisamente, la Diputación vizcaína cuenta desde hace años con uno de estos equipamientos sociales en el municipio erandiotarra y se trata de un centro exclusivamente para chicas.

La pareja imputada tuvo a su hija precisamente cuando ellos contaban con su misma edad, 17 años. Según algunas fuentes, tienen otro hijo menor , que seguiría de momento viviendo con ellos en Astrabudua.