Solo uno de cada seis inmigrantes latinos tiene la intención de aprovechar la reforma legal que permite que voten para elegir el alcalde de su población. Los extranjeros no comunitarios que quisiesen votar en los comicios municipales de mayo tenían que inscribirse antes del pasado 28 de enero en el censo electoral. Quien no lo hiciese no podría acudir a las urnas.

Pues bien, de los algo más de 350.000 inmigrantes de fuera de la UE que tienen este derecho solo se han inscrito 45.554 en toda España, un 13% del total. Se trata de un colectivo que podría haber sido decisivo en municipios de Cataluña, Andalucía, Murcia o Madrid, pero que dado el escaso número de altas no parece vaya a desequilibrar mucho.

Las ONG y sindicatos que trabajan con los colectivos de inmigrantes y que han participado en las campañas para animarles a que acudan al censo sostienen que este «dato irrisorio» de inscripciones, que va provocar «una participación anecdótica», no se debe tanto a que los extranjeros se desentiendan de sus ayuntamientos sino a las trabas legales que se han colocado para ejercer su derecho y a la poca implicación de las administraciones y partidos para que dieran el paso.

Convenio de reciprocidad

Los inmigrantes no comunitarios que tenían derecho a votar en las municipales no son todos los que tienen regularizada su estancia sino una pequeña parte. Son los naturales de países con convenios de reciprocidad en el voto con España – Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Nueva Zelanda, Islandia, Noruega y Cabo Verde – , que sean mayores de edad y residan de forma legal desde hace al menos cinco años.

Algunos que cumplían los requisitos no han podido darse de alta en el censo al perder su permiso de residencia por la crisis o tenerlo en proceso de renovación, por la tardanza en obtener un certificado de residencia, por no perder las horas de trabajo necesarias para sortear toda la burocracia, o por tener que hacerlo en un plazo de poco más de mes y medio con las fiestas navideñas en el centro.

Los extranjeros comunitarios, que ya podían votar hace años, se han registrado en un mayor número. 459.299 inscritos, un 41% del total. Sin embargo, rumanos y búlgaros, los dos colectivos europeos que tienen derecho a voto por vez primera, solo se han dado de alta en el censo electoral en un 20%. Muy lejos del 60% que alcanzan los residentes británicos o alemanes.