Fracasa la campaña del voto inmigrante

Sólo el 13% de los no europeos se apunta al censo, frente al 40% de los comunitarios

El Mundo, OLGA R. SANMARTÍN / Madrid , 01-02-2011

El 22-M iba a producirse un hecho histórico en España: por primera vez, extranjeros no comunitarios iban a poder votar en las elecciones municipales. Unos 350.000 ciudadanos de Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Cabo Verde, Nueva Zelanda, Islandia y Noruega estaban llamados a acudir a las urnas, junto a más de un millón de miembros de la UE. Pero las campañas para atraer, sobre todo, el voto latino no han dado resultado: sólo se han inscrito en el censo electoral 45.554 inmigrantes de países que han suscrito convenios de reciprocidad con el nuestro. Es decir, el 13%.

Son cifras facilitadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que contrastan con la alta intención de voto manifestada por nuestros vecinos europeos. Según datos provisionales, se habían apuntado en el censo 459.290 comunitarios (el 40,9%). En otras convocatorias electorales, la participación ha sido mucho menor: del 20%. El 25% de los rumanos y el 25% de los búlgaros (que votan este año por primera vez de forma generalizada) han querido ejercer su derecho al sufragio, de la misma forma en que lo han hecho el 60% de los británicos y el mismo porcentaje de alemanes.

El fracaso de participación entre los latinos se explica por tres motivos. El primero es que las campañas no han llegado a sus destinatarios (el PP aún no la ha hecho pública y pocos inmigrantes dicen haberse enterado de las del Gobierno y el PSOE). El segundo es la exigencia de los requisitos (debían residir cinco años o más de forma continuada y legal en España, cuando muchos han perdido los papeles por el paro). El tercero es la falta de previsión en los plazos. Por ejemplo, el convenio de reciprocidad entre los gobiernos de España y Cabo Verde no se firmó hasta la misma semana en que finalizaba el periodo inicialmente fijado para registrarse. Así que la Oficina del Censo Electoral no pudo enviar comunicaciones a los ciudadanos de este país explicándoles cómo y cuándo debían apuntarse.

Luego este plazo se amplió en 10 días, después de que los colectivos inmigrantes denunciaran que no les daba tiempo a presentar toda la documentación exigida, pero quizá ya era demasiado tarde.

En Melilla, sólo una persona ha manifestado su deseo de votar.

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