Corresponsal

Los jóvenes españoles están entre los europeos que más dejan el colegio antes de completar la educación obligatoria. La inmigración y la burbuja inmobiliaria de la última década han provocado que España sea, además, el único país entre los peores de Europa donde el abandono escolar sigue aumentando.

Según los datos publicados ayer por la Comisión Europea (CE), Portugal, Malta y España sufren una tasa de abandono escolar superior al 30%, el doble que la media comunitaria, pero sólo los españoles han empeorado. Entre 2000 y 2009, el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años con el nivel más bajo de educación secundaria subió un 7,2%. Incluso Turquía, al final de la cola del continente, logró reducir su tasa.

La CE destaca que los inmigrantes tienen más riesgo de dejar el colegio en España que en la mayoría de la UE, con una tasa que llega, en el caso de los extranjeros, al récord del 45%. Además, la comisaria de Educación, Androulla Vassiliou, subrayó el efecto perverso que ha tenido el sector de la construcción.

«Muchos jóvenes en España abandonaron los estudios atraídos por empleos poco cualificados en sectores como la construcción, pero luego, con la crisis, se quedaron sin trabajo y ahora no saben adónde ir», explicó en rueda de prensa. Según ella, el Gobierno no debería aplicar los recortes del gasto a la educación, pues eso tendría «terribles consecuencias dentro de unos años».

España está muy lejos del objetivo de reducir al 10% la tasa de abandono escolar que se ha marcado la UE para 2020. Ya lo han conseguido Austria, República Checa, Finlandia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia. La CE propone a los gobiernos un plan para reforzar la atención a los inmigrantes y evitar «las condiciones que fomentan el abandono», como, según Bruselas, hacer que repitan curso. Los estados deberían, además, invertir para dar «una segunda oportunidad» a los que se quedan atrás o incentivar con más horas de deporte o de arte.

Los datos de la CE no sorprenden al Gobierno. De hecho, la cifra de abandono escolar es la misma que maneja el Ministerio de Ángel Gabilondo. También coincide el análisis de que la bonanza de la economía del ladrillo ayudó a que muchos jóvenes abandonasen en favor de un sueldo fácil. La consecuencia es que, en España, el problema del abandono escolar es de doble filo: por una parte, aquéllos que ahora estudian y corren el riesgo de salir del sistema; por otra, quienes lo dejaron hace tiempo y ni estudian ni trabajan.

Desde el Ministerio se asume el dato y su gravedad «somos conscientes de que es uno de los problemas más importantes de este país», pero también que no se alcanzará el objetivo de Bruselas. Ángel Gabilondo y su equipo se fijan un umbral más modesto (15%) pero no por ello menos importante, pues supondría reducir al 50% el dato en 10 años.

Desde Educación se apela a «las peculiaridades de cada país» para explicar que ya se sepa que España no alcanzará el objetivo fijado por la CE. Pero también se advierte de que, como explicó ayer el ministro, si las fórmulas puestas en marcha y las que están proyectadas para este año funcionan correctamente, en 2013 podría reducirse el índice al 20%.