El desempleo volvió a dispararse en España en el último trimestre del 2010 hasta alcanzar el 20,3%, la peor cifra en 13 años, justo en el mismo día que se aprobó una reforma al sistema de pensiones que hace que los españoles tengan ahora que trabajar hasta los 67 años para poder jubilarse. Actualmente la edad para la jubilación se establece en los 65 años.

El mercado laboral volvió a dar una mala noticia al país ibérico. El desempleo subió en 121.900 personas entre septiembre y diciembre del año pasado, hasta alcanzar los 4,6 millones de desocupados.

La tasa pasó del 19,79% al 20,33%, muy significativo en sectores como agricultura e industria. Los datos son especialmente negativos para la población inmigrante, cuya tasa de desempleo subió un punto hasta el 30,4%, con casi 1,1 millones de extranjeros sin trabajo.

El desempleo ha crecido en casi 3 millones de personas desde que hace tres años España se vio sacudida por la crisis económica internacional y el colapso de su sector inmobiliario.

El gobierno, sin embargo, consideró que el cierre del 2010 indica que el desempleo ha tocado techo y espera una recuperación del mercado laboral en la segunda mitad del 2011, coincidiendo con el despegue de su economía.

El acuerdo para la reforma de las pensiones fue alcanzado en la madrugada de ayer tras una intensa negociación entre sindicatos, empresarios y el Gobierno, que cumple así con una reclamación de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otras organizaciones internacionales, que creen insostenible a largo plazo el sistema actual.

Según el plan de reformas, la edad de 65 años para el retiro comenzará a retrasarse progresivamente desde el 2013, completando la jubilación a los 67 años en el 2027.

La reforma llega después que en el 2010 el gobierno español aplicó un plan de reducción del déficit público con recortes sociales como congelación de pensiones, recorte del salario de funcionarios o la ayuda familiar por los recién nacidos.