AL DÍA
La bala con que se suicidó Alexis mató a su mujer
Diario Vasco, , 28-01-2011Hubo un único disparo y mucha mala suerte. La bala que se descerrajó Pablo Alexis Rodríguez, de 76 años, con un rifle de caza de la marca Remington también acabó con la vida de su esposa, Ela, de 82, que le agarraba por la espalda para evitar que se suicidase. La trágica escena sucedió la tarde del pasado miércoles en el dormitorio del piso donde residían en el barrio de Lakuabizkarra, en el extremo norte de Vitoria. La investigación de la Ertzaintza, según ha podido saber este periódico, apunta en esta dirección tras descartarse las primeras hipótesis policiales barajadas el día de los hechos, como un posible caso de violencia de género o un suicidio consensuado.
Las heridas provocadas por el proyectil en ambos cuerpos, sus posiciones en la habitación, así como la del arma de fuego propiedad del hijo de ambos y usada para caza mayor debido a su potencia apenas dejan dudas, explican las fuentes consultadas. El fatal episodio fue un suicidio, el del hombre, y una muerte accidental, la de su esposa. La pareja era de origen cubano, aunque tenía raíces españolas y poseía la doble nacionalidad.
Durante la toma de declaraciones, la familia ya advirtió a la Policía autonómica desde el primer momento sobre las «tendencias suicidas» de Alexis. De hecho, su hijo aseguró que en más de una ocasión le había dicho que se iba a «matar», y en otra le encontró una soga con la que presumiblemente pensaba ahorcarse.
Al parecer, su padre consiguió la llave del armero donde guardaba el rifle de caza. Se dirigió a su dormitorio, se sentó en la cama y, desde allí, apoyó la culata del arma contra una superficie rígida. Quizá el armario, la pared o incluso la mesilla. Siempre según esta teoría, a la que ha tenido acceso DV, su esposa le descubrió y se acercó en un intento de impedir que se matara. Le agarró por la espalda y probablemente forcejearon un instante.
El hombre, a pesar de la presencia de su mujer, apretó el gatillo. Vecinos del inmueble, ubicado en la calle Landaverde, escucharon gritos y, a continuación, «un fuerte ruido» entre las 16.00 y las 16.30 horas. Fue el disparo que acabó con la vida del matrimonio. Su hijo, que también reside en el inmueble junto a su cónyuge y la hija de ambos, les encontró inertes sobre la cama hora y media después.
‘A cañón tocante’
La bala correspondiente a un calibre con alto poder de penetración y más en este caso al tratarse un disparo ‘a cañón tocante’, es decir, apoyado en el cuerpo perforó el tórax de Pablo Alexis (otras fuentes apuntan al cuello) y salió por la espalda. El hombre murió casi en el acto, subrayan medios de la investigación. El proyectil se adentró por el abdomen de la mujer y le destrozó el aparato digestivo. Falleció desangrada y probablemente, insisten las diversas fuentes consultadas, de forma agónica.
Cuando descubrió los cadáveres, su hijo alertó a la Ertzaintza. Los agentes poco pudieron hacer. Las primeras investigaciones apuntaron hacia un acto de violencia de género. Pero pronto los indicios sugirieron otra alternativa. Las declaraciones de los familiares descartaron cualquier «denuncia, antecedente o testimonio» por maltrato. Varios residentes declararon a la Policía autonómica que «eran personas muy buenas y que se querían mucho». No en vano, Pablo Alexis era conocido en el edificio por su predisposición «a ayudar en lo que hiciera falta». El testimonio del hijo acabó por desinflar la opción de la violencia doméstica al dar a conocer las «tendencias suicidas» de su padre.
Los cadáveres fueron trasladados pasadas las nueve de la noche al instituto anatómico forense de Vitoria, donde se les practicó la autopsia. Los primeros resultados, en este sentido, resultaron determinantes al aclarar la fatal trayectoria que siguió el proyectil disparado. El juez encargado del caso decretó ayer el secreto de sumario.
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