El desempleo está cambiando la pirámide demográfica hasta tal punto, que la natalidad no hay forma de que arranque en la provincia. El ‘baby – boom’ ha pasado a la historia, la curva ascendente se ha paralizado y si en el año 2009 se produjo el primer estancamiento, en los primeros seis meses del pasado año, – según los datos publicados ayer por el INE – , el número de nacimientos ha continuado en leve retroceso en Alicante. Algo que no se veía en la última década.

El origen de este freno está en la ralentización del flujo migratorio y en el retorno de inmigrantes de forma voluntaria. Un colectivo que estaba llevando el peso de la natalidad en la provincia, lo que permitía garantizar el relevo generacional. ¿Y partir de ahora?

«La tasa de crecimiento vegetativo sigue siendo positiva, pero la inmigración está estancada, hay un decrecimiento pequeño y si sigue así, el relevo generacional no va a poder garantizarse». Así lo puso ayer de manifiesto Carlos Gómez Gil, director del Observatorio Permanente de la Inmigración de la Universidad de Alicante.

Gómez Gil participó en unas jornadas sobre ‘Pobreza y exclusión social’ organizadas por la Sindicatura de Greuges en Alicante, donde también acudió el presidente de Justicia y Paz, Arcadi Oliveres i Boadella, que se encargó de impartir una conferencia marco.

Oliveres, profesor titular de Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona, advirtió de que la «población está tan envejecida, que volverá a necesitar a los inmigrantes ». Un término – envejecimiento – que también utilizó el responsable del Observatorio de la Inmigración, al hablar sobre la población autóctona, cada vez más añosa.

Según el INE, durante el primer semestre del pasado año se registraron 8.843 nacimientos en la provincia, un poco menos que en el mismo periodo de 2009, cuando comenzó el retroceso y se contabilizaron 8.903 alumbramientos.

Pese a estas cifras que confirman la disminución del flujo migratorio, a juicio de Oliveres, «no se estén produciendo salidas masivas». Lo que se están registrando son retornos espontáneos sobre todo de latinoamericanos, matizó Gómez Gil, quien denunció el grave problema que se está generando con la irregularidad sobrevenida.

El especialista señaló que entre 2008 y 2010, casi 15.000 inmigrantes en la provincia han perdido sus permisos de residencia y «casi todos» son retornos espontáneos. Marginación y exclusión social, incremento de la economía sumergida y rechazos y recelos hacia el inmigrante son otras de las consecuencias de la manida crisis.