El presidente del PP de Barcelona, Alberto Fernández, advirtió ayer de que los incidentes ocurridos en Salt (Girona) no son hechos aislados, sino que el asunto «solo es la punta del iceberg» de lo que puede pasar en otras zonas de Cataluña como el barrio barcelonés del Raval. En declaraciones a EP, subrayó la gravedad de los altercados y alertóde que «se pueden repetir en zonas como el barrio del Raval de Barcelona, donde casi la mitad de la población es inmigrante y de religión musulmana».
Por ello, reivindicó la necesidad de actuar contra la inmigración ilegal y la que delinque, incrementando los controles policiales para detectar a ciudadanos sin permiso de residencia. También solicitó más inspecciones en los denominados «pisos patera», aumentar la seguridad en zonas en las que se producen actos vandálicos y más firmeza contra la violencia. «Los inmigrantes que vienen a trabajar deben ser conscientes de que si no hay empleo deben regresar a su país, y de que si son ilegales o delinquen, deben ser expulsados», indicó.
Para el popular, «determinadas políticas ideadas desde el “buenismo”, como las regularizaciones masivas, generan un efecto llamada de la inmigración ilegal».
Tras la manifestación del sábado en favor de la convivencia en Salt, un contenedor ardió de madrugada. Según los Mossos d’Esquadra, se trata de un hecho aislado ya que la noche transcurrió con tranquilidad. Por otro lado, el Gobierno español ha anunciado que invertirá dos millones en un plan piloto para combatir la exclusión social en Salt y en barrios de los municipios de Badalona, L’Hospitalet de Llobregat, Terrassa (Barcelona) y El Vendrell (Tarragona) con altos índices de inmigración.