Salt y su escudo moral
La Vanguardia, , 23-01-2011MAS de doscientas asociaciones cívicas y una veintena de asociaciones de inmigrantes consiguieron organizar ayer en Salt una manifestación modélica. Modélica por su cariz cordial, inclusivo y pacífico, que conjuró todo peligro de confrontación entre los diversos sectores de la compleja sociedad saltense. Y modélica también porque consiguió convertir en oportunidad de concordia y reconocimiento un conflicto que se había expresado dramáticamente (muerte de Mohamed Reda) y que había degenerado en peligrosos conatos de violencia urbana. El único lema que presidió la silenciosa y cívica manifestación de las gentes de Salt era “Queremos vivir en paz y bien”. Puede parecer ingenuo, habida cuenta de la potencialmente explosiva realidad sociológica de Salt. Pero es expresión de la fortaleza civil de Salt, una sociedad muy vigorosa, que ha sabido desactivar la bomba del odio construyendo un escudo moral. El protagonismo de la sociedad civil de Salt era condición imprescindible, pues no es posible afrontar sólo desde arriba, desde las instituciones, la problemática derivada de una oleada migratoria a todas luces excesiva. Pero las instituciones tienen ahora que ponerse a la altura de la sociedad. Hasta el momento no han bastado los ímprobos esfuerzos del Ayuntamiento. Es evidente que el municipio no está en condiciones de enfrentarse en solitario a la excepcional situación. Cabe esperar que reciba el apoyo de instituciones más poderosas: de la Generalitat, la Diputación y el Estado. Y de los jueces, que no pueden seguir ejerciendo de Pilatos: la pequeña delincuencia reincidente se ha revelado como el factor desencadenante del conflicto. Un plan global para Salt es imprescindible. Un plan de choque que impida la putrefacción de los problemas detectados y que refuerce con cambios tangibles el generoso esfuerzo moral de la sociedad civil.
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