Un médico que practicaba abortos a mujeres de minorías, inmigrantes y pobres en una clínica caracterizada como una ‘casa del terror’ fue acusado de ocho cargos de asesinato por las muertes de al menos una paciente y siete bebés que nacieron con vida, dijo la fiscalía.

El doctor Kermit Gosnell, de 69 años, ganó millones de dólares en 30 años practicando una cantidad de abortos tardíos en los que inducía al parto y forzaba el nacimiento de bebés vivos en el sexto, séptimo y octavo meses de embarazo, a los que se mataba seccionándoles la espina dorsal con tijeras.

Las pacientes estaban sujetas a condiciones bárbaras en la clínica Womens Medical Society, donde Gosnell practicaba decenas de abortos durante la noche luego de que su personal no entrenado administraba fármacos para inducir el parto en el día.

A principios del año pasado, las autoridades fueron a investigar denuncias sobre drogas en la clínica y se toparon con lo que Williams calificó como una casa del terror, en la que bolsas y botellas con fetos abortados estaban dispersos por todo el edificio, dijo Williams.

Tanto el médico como cuatro de sus trabajadores fueron acusados de asesinato y otros cinco de violaciones a las leyes de drogas controladas y otros delitos. Ninguno tenía entrenamiento en medicina.

Los reguladores estatales ignoraron las quejas sobre él y no inspeccionaron su clínica desde 1993, dijo el procurador fiscal Seth Williams.

Gosnell fue descubierto cuando dijo al jurado que una paciente de 41 años que había muerto fue a la clínica para abortar y falleció de paro cardiaco por haber recibido demasiado Demerol. Gosnell no estaba en la clínica en ese momento, pero instruyó a su personal a que administrara el fármaco para mantenerla sedada.

El médico cobraba 325 dólares por abortos en el primer trimestre y de 1.600 a 3.000 dólares por abortos hasta las 30 semanas. Los abortos son legales hasta las 24 semanas de gestación en Pensilvania, pero la mayoría de médicos los practica después de 20 semanas.