La llegada de inmigrantes en cayuco cayó un 50% en el 2010
La Vanguardia, , 19-01-2011SERGIO HEREDIA – Madrid
En el 2006, alarmado ante las oleadas de inmigrantes irregulares,tiempo de cifras récord, el Ministerio del Interior asumió que el asunto se había complicado demasiado: con el buen tiempo, decenas de cayucos tripulados por africanos alcanzaban las Canarias o el sur de Andalucía. Así que se intentó modificar la perspectiva del problema. Fueron los días en los que Alfredo Pérez Rubalcaba, titular de la cartera entonces y también ahora, decidió empezar a recorrer el Magreb, conectar con sus homólogos norteafricanos (marroquíes, argelinos, mauritanos, malienses y senegaleses) y pedirles su cooperación. El plan ha funcionado: apenas 3.632 inmigrantes alcanzaron las costas españolas a bordo de alguna embarcación durante el 2010, el 50,1% menos que en el año anterior (7.285).
Esa mejoría demuestra que el intercambio de intenciones con los países norteafricanos tenía una razón de ser: si Áfricase implicaba en el control de sus fronteras, Europa reforzaría los lazos y las ayudas al desarrollo. Y aunque el planteamiento implicaba ciertas servidumbres – y entre ellas, la laxitud en el manejo de determinadas situaciones, como en el violento desalojo del campamento de Gdeim Izyk (Sáhara Occidental), en noviembre-,los números de Interior son claros, al menos en materia de cayucos.
Según Rubalcaba, la cifra de inmigrantes irregulares que alcanzaba las costas españolas el año pasado es, con mucho, la más baja de la década. “Es una cifra muy buena”, dijo, obviando otros datos de la inmigración irregular, como la llegada de inmigrantes a través de aeropuertos, puertos, carreteras y, sobre todo, a través de permisos temporales que luego caducan y nadie renueva (es en estos permisos temporales donde se concentra el colectivo más numeroso entre los miles de irregulares que hoy viven en España). “Es una cifra muy buena, comparativamente hablando – continuó Rubalcaba, añadiendo un matiz-:porque la tasa cero, objetivo ideal, es inalcanzable”.
“Cada vez han sido menos cayucos y menos pateras, y además han sido más pequeñas”, dijo el vicepresidente, en su clásico balance anual de la inmigración irregular, antes de aplaudir la colaboración de las administraciones africanas: “Se demuestra que la cooperación con Áfricafunciona. Durante cuatro meses del 2004 no ha llegado ni un cayuco desde Senegal y sólo uno desde Mauritania. Y Marruecos y Argelia también están controlando mejor sus fronteras”.
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