SALT no es París, pero sus habitantes temen que la mecha del conflicto racial estalle en esta pequeña localidad gerundense de poco más de 28.000 habitantes y con un porcentaje de población inmigrante del 40%. Después de un fin de semana de actos vandálicos y pillaje, Salt se despertó ayer con una fuerte presencia policial en sus calles, lo que evitó que por primera vez desde el viernes no hubiera que lamentar incidentes nocturnos.

Medio centenar de jóvenes inmigrantes sembraron el pánico en Salt el pasado viernes cuando protagonizaron una protesta violenta ante la comisaría de policía. El incidente, que acabó con tres detenidos y doce coches y varios contenedores quemados, se produjo como acto de apoyo de los jóvenes a un compañero que se encuentra en la UCI desde la semana pasada. El chico iba en una moto supuestamente robada y cuando trató de huir de una patrulla de la policía se refugió en un edificio. El joven quiso escapar por la canalización del agua con tan mala suerte que se cayó desde un quinto piso. El trágico suceso desencadenó una protesta de inmigrantes , que corearon consignas contra la Policía (“Policía asesina, matáis a menores”), lo que derivó en actos vandálicos que se repitieron el sábado por la noche.

Tensar los ánimos

La alcaldesa de Salt, Iolanda Pineda, comparó lo ocurrido con la situación vivida en París en 2005, cuando colectivos de inmigrantes residentes en los barrios marginales denominados banlieus protestaron de forma similar por el fallecimiento de dos jóvenes cuando trataban de escapar de la Policía. Diferentes asociaciones y entidades de Salt se plantean la convocatoria para el próximo viernes de una manifestación de protesta contra los incidentes del fin de semana. Los partidos con representación en el Ayuntamiento dudan apoyar la iniciativa ciudadana para no tensar más los ánimos.

Los diferentes grupos municipales del Ayuntamiento, eso sí, decidieron hacer un frente común ante los incidentes. La alcaldesa pidió que se acelere la investigación y se pueda identificar “al grupo de delincuentes”. Según Pineda, se trataría de un grupo de menores, algunos ni siquiera residentes de Salt, dirigidos por un o una adulto, que se aprovechan de su edad para actuar “impunemente”. Pineda desvinculó los ataques y sucesos vandálicos de cualquier cosa que nos sea delincuencia.

El PP, en cambio, señaló que los sucesos vandálicos demuestran la necesidad de un programa de integración de los inmigrantes , así como una reforma del reglamento de la ley de Extranjería para que el civismo sea un requisito para la renovación de los permisos de residencia.