ANÁLISIS
Miedo al escenario francés
La Vanguardia, , 17-01-2011JOSEP PLAYÀ
Se llama Mohamed Reda Lyamani, tiene 16 años, y hace una semana, cuando huía de dos agentes de la policía municipal de Salt que querían detenerlo por conducir un ciclomotor, supuestamente robado, cayó por una claraboya desde un quinto piso. Desde entonces se encuentra en el hospital Josep Trueta de Girona en estado crítico.
Este menor, con antecedentes delictivos, ha sido el detonante de los actos vandálicos que han sucedido este fin de semana en Salt: quema de contenedores y vehículos. “Te queremos todos, Reda” decían los jóvenes manifestantes. Entre ellos, varios compañeros del CRAE, el centro de menores en el que vive Reda. Pero también gritaban: “Policías cabrones, matáis a los menores”.
Hubo tres detenidos, los tres de origen inmigrante. Dos menores y el tercero, con amplios antecedentes policiales.
El escenario parece calcado al de los graves incidentes que meses atrás salpicaron ciudades como París o Lyon. Entonces hubo coincidencia en que la situación en algunos barrios de Salt, Badalona, l´Hospitalet o Santa Coloma de Gramenet era delicada, por la concentración de inmigrantes y la marginación laboral de muchos jóvenes, pero no podía compararse con los guetos de esas ciudades francesas. Allí se suma el aislamiento urbanístico con la frustración de segundas y terceras generaciones de inmigrantes . Y Salt no deja de ser una ciudad pequeña, fácilmente controlable por la policía, con un trabajo continuado por parte de entidades y oenegés, incluso con un plan de remodelación de esa isla del centro donde se concentra la pobreza.
Y, sin embargo, ahora la quema de vehículos y mobiliario urbano ha provocado un exceso de nerviosismo. El dramatismo de la alcaldesa al referirse a “los vándalos” que ponen en peligro la convivencia no ayuda. Y llega tras aprobar una polémica moción para retirar el Pirmi a quienes acumulen sanciones por incivismo, rechazada incluso por CiU. Más delicado aún es el comunicado de la Associació de Veïnsdel Barri Centre apuntando a Mourad el Hassani, un joven reincidente por delitos de baja intensidad, como instigador.
Salt de nuevo y muy a su pesar como laboratorio social.
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