MAITE GUTIÉRREZ – Barcelona

La tasa de universitarios internacionales está estancada en el 5% desde hace 6 cursos
Más de 12.000 alumnos extranjeros estudiaron el curso pasado en alguna de las universidades públicas catalanas, lo que representa un 5% del total de los matriculados. La cifra, a simple vista, es alta y dobla la tasa de hace diez años, pero está lejos del 20% de estudiantes universitarios internacionales que marca como objetivo el espacio europeo de educación superior. La internacionalización de los campus da puntos en los rankings – en el del Times Higher Education la proporción de alumnos extranjeros supone un 5% de la puntuación total-,aporta beneficios económicos – los estudiantes de fuera de la Unión Europea pagan la matrícula más cara si la universidad lo decide-y sirve de publicidad para las universidades a través de los ex alumnos internacionales, que hacen las veces de embajadores en su país de origen. Los beneficios están claros, pero hace ya seis cursos que el porcentaje de estudiantes internacionales está estancado.

Las universidades se esfuerzan ahora para romper esta barrera y han intensificado las iniciativas y los programas para captar alumnos de fuera, numerosos, pero aún insuficientes. Una parte de ellas mira a Asia como el gran mercado de estudiantes. Con una clase media creciente y jóvenes muy competitivos, China e India se han convertido en el gran objetivo de universidades como la UPC, la UAB o la UPF. La Politècnica ha sido la primera universidad española en poner en marcha una doble titulación con China – con la Universidad de Tongji-yha iniciado un programa de captación de los hijos de la inmigración china en Catalunya para tender puentes con el país asiático. Recientemente, la UAB y la UPF firmaron acuerdos con universidades y centros de investigación de India para fomentar el intercambio de estudiantes y profesores. “El otro gran reto es introducirse en Rusia y Brasil, pero para ello necesitamos más cursos en inglés, que te ayudan a posicionarte en los estudios de ciencias, tecnología y economía”, explica Sara López, jefa del servicio de relaciones internacionales de la UPF.

La UB, en cambio, opta por impulsar aún más las relaciones con América Latina. “Queremos convertirnos en el punto de enlace entre América y Europa”, dice Carles Carreras, vicerrector de relaciones internacionales. Carreras señala que las universidades españolas no pueden competir con las anglosajonas a la hora de impartir títulos en inglés, así que la UB apuesta por potenciar el castellano y crear una red de intercambios entre Sudamérica y Europa. En breve, la UB abrirá una sucursal en Bolivia.