SERGIO HEREDIA – Madrid
Lastrados por la crisis económica y la dolorosa tasa de desempleo en España, miles de ciudadanos extracomunitarios emprendieron el camino de regreso a sus países en los nueve primeros meses del 2010. Según el último informe del Observatorio Permanente de la Inmigración, 166.328 extranjeros abandonaron España el año pasado, cifra que ha reducido en un 6,5% la tasa de ciudadanos extracomunitarios. Ahora, hay 2.395.704 extranjeros en nuestro país. Ecuatorianos y bolivianos, dos de los colectivos más numerosos, se han acogido en mayor medida al plan de retorno por desempleo que el Gobierno había activado en noviembre del 2008. Ambas nacionalidades están entre las principales damnificadas por el paro: trabajaban en la construcción y en el servicio doméstico, dos profesiones particularmente afectadas por la crisis. Consciente del problema, Trinidad Jiménez, ministra de Exteriores, visitó La Paz y Quito en noviembre: “Son dos países prioritarios de nuestra política exterior”.

Sin concretar cifras, fuentes del Ministerio de Trabajo e Inmigración insisten en que bolivianos, argentinos, ecuatorianos, peruanos, chilenos, brasileños o uruguayos se han abonado a este plan por desempleo: de un tirón, han cobrado el subsidio del paro, han renunciado a su permiso de residencia y trabajo y se han comprometido a no volver a España en los próximos tres años. El proyecto pretende impulsarles profesionalmente en sus países de origen. Se pretende que inviertan una parte del subsidio a abrir algún negocio.

Por comunidades autónomas, los mayores descensos se han registrado en Madrid (-13,51%) y Valencia (-9%), dos de las tres comunidades con mayor número de ciudadanos extracomunitarios. Entre ambas y Catalunya, agrupan al 56,49% de los extranjeros que viven en España. De hecho, 46.371 ciudadanos extranjeros se han marchado de Catalunya (-6,5%, justo en la media española). 34.453 han abandonado Barcelona, 13.206 se han ido de Girona y 819 han dejado atrás Tarragona. En cambio, la cifra ha crecido en Lleida: hay 2.107 extranjeros más que en el 2009.

A diferencia de lo que ocurre en el caso latinoamericano (se han marchado 141.000 miembros de este colectivo), la tasa de africanos en España apenas ha descendido. Lo ha hecho en 10.068 personas (-0,18%). La mayoría de ellos (9.564) son marroquíes: para ellos, es tan sencillo el plan de retorno a su país como la posibilidad de volver a España. Les basta con cruzar el Estrecho en el ferry. Según un informe de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes en España (Atime), los marroquíes creen que, en el futuro, podrán reintegrarse en la sociedad española.

Diferente es el caso de los subsaharianos: ha crecido el número de senegaleses, de nigerianos o de ghaneses. En su caso, la experiencia migratoria es particularmente comprometida. “Llegar a España les costó media vida, y sus familias esperan sus remesas”, dicen fuentes de Cruz Roja