Gasteiz

EL tiempo de Navidad es bastante proclive a la realización de exposiciones colectivas. Un modo de presentar a los autores con los que se trabaja a lo largo de todo el año. Muestras que sirven para reflexionar sobre la línea artística desarrollada y también para comparar la diversidad plástica que existe entre los artistas.

La galería Sey Colors también participa de la tendencia y ha seleccionado la obra de cinco creadores que proceden de contextos tan diversos como Barcelona, Munich, Sevilla o Palma de Mallorca. Todos han hecho exhibición individual en el citado espacio y la mayoría ha dejado su impronta en las calles de la villa. El término Sub Culture, con el que se define el conjunto, quiere situar el panorama alternativo del que proceden. Y es que todos compatibilizan su labor de pequeño o mediano formato con los trabajos murales que dejan en los sitios más insospechados de la ciudad.

Cinco nombres Nacida en 1982, la catalana Anna Taratiel es conocida también con el pseudónimo de Ovni. En sus dos trabajos interpreta el caos de la aglomeración urbana. Una acumulación de signos que forma el contexto en el que se desenvuelve la actuación humana. El marco de un macrocosmos energético donde se concilia el desorden con el sentido ilustrativo de esquemáticas líneas y colores que contrastan sin demasiadas estridencias. Visiones panorámicas en las que, sin solución de continuidad, se alternan bloques cerrados y sintéticas representaciones. Deriva plástica con cuya impronta se acerca al ámbito ciudadano y manifiesta los impulsos de una vida agobiante. Por su parte, Satone (1977) llega desde Alemania. Tiene orígenes latino – americanos y ya estuvo en la primera edición de los murales de la calle Bailén que organizó Bada y la empresa Dk. Sus obras ofrecen una perspectiva que procede del ámbito del cómic y la ilustración. El espacio interior de lo oculto y poco trasparente. Acrílicos sobre tela que revelan un imaginario futurista de línea clara y colores planos. Fondos oscuros de los que emergen figuras y referentes más abstractos como píldoras o cápsulas en energético movimiento.

El polaco Michael Grudziecki (1977) tiene una actitud crítica que le lleva a tratar temas sociales tan conflictivos como la inmigración o el desastre constructivo. Afincado en Alemania, su obra siempre está en relación con la arquitectura ciudadana cuyas moles se imponen a la pequeñez de la mirada humana. Alude a todo tipo de edificios, del pasado o del presente, tanto refleja las construcciones socialistas como los occidentales bloques del espíritu moderno. Todos ellos son interpretados en claves imperialistas al ponerlos en relación con banderas y estrellas o con grandes águilas que resucitan como el ave fénix.

Bimbo es andaluz y también procede del grafiti urbano. Ya expuso en Bilbao en 2008 y usa el aerosol, tanto si trabaja al aire libre como cuando lo hace sobre la tela. En las obras actuales nos introduce en un universo onírico, lleno de misterios e incomprensiones. Define unos personajes que parecen proceder de un mal sueño. La vida orgánica mutante de seres orugas que tienen muchos ojos. Toda una inesperada sorpresa.

El balear Javier Siquier (1983) firma sus obras como Oa. Sus acuarelas y tintas sobre papel manifiestan una sucesión de estructuras y manchas que tienen el empaque estilístico de obra abstracta. Son el resultado de movimientos secos y precisos, con los que se establecen relaciones dinámicas y un eficaz proceder esteticista.

Buena parte de la subcultura está siendo dominada. Sobre ella penden los cantos de sirena que ofrece el comercio y también los grandes tentáculos de los diversos poderes públicos. Se trata de acercarse al fermento social más díscolo y creativo, usufructuando sus energías y el modo espléndido que tienen de comunicarse con todos los públicos. Hay que estar atento.