Marineros Donostia, ejemplo de superación e integración
El club de sófbol es una representación de una gran variedad de culturas. Nació en 2004, luchó desde entonces contra las adversidades y la ausencia de instalaciones y pese a ello los resultados han sido notables
Diario Vasco, , 28-12-2010Los grandes deportistas, las figuras de las distintas disciplinas, no son los únicos capaces de transmitir valores como la integración, la convivencia y el espíritu de superación. En ocasiones, clubes anónimos, personas alejadas de lo mediático, dan ejemplo día a día, en silencio, y disfrutando de su pasión. Es el caso del Marineros Donostia, conjunto donostiarra que practica el sófbol desde hace seis años. El conjunto lo forman, prácticamente en su totalidad, inmigrantes suramericanos que se han adaptado a la perfección a nuestras costumbres, integrándose en nuestra sociedad a través del deporte. Nos lo cuenta su actual entrenador, Henry Vallenilla.
«El club discurre por su sexto año de andadura. Lo fundaron los hermanos Echeverría Chivite, ambos vasco-venezolanos. Desde que nació el Marineros, se configuró un grupo de jugadores de categoría senior integrado, además de por los fundadores, por otros componentes generalmente de nacionalidades latinoamericanas, cubanos, venezolanos, dominicanos y algunos jugadores vascos».
Marineros aprovechó el ‘know how’ de sus componentes suramericanos, ya que en aquellas latitudes el sófbol y el béisbol son deportes de masas, por lo que no sólo destacaron pronto, sino que además enseñaron sus destrezas a sus colegas vascos de equipo.
Debut esperanzador
«En 2004, temporada de nuestro debut, el club participó en el Campeonato de España Masculino celebrado en Zaragoza, con 22 jugadores inscritos, logrando una meritoria séptima plaza, si tenemos en cuenta que por aquel entonces carecíamos de cancha para entrenar. Jugábamos ‘de prestado’ en Orio».
Por aquella época, Marineros actuaba como local en el campo de fútbol de Herrera, haciendo prácticamente magia e ingeniándoselas con la cal para acondicionar la instalación.
Ya en 2006, Marineros superó su listón de 2004. En esta ocasión, fue quinto en el estatal.
Pero las dificultades que se encontraba el club para practicar su deporte impusieron su ley en 2007. Sólo momentáneamente. Hace dos años tomó las riendas del equipo el donostiarra, venezolano de nacimiento, Henry Alberto Vallenilla Guerra. Fue un buen picher, pero tras llegar a España, se sacó la titulación de entrenador. Hizo sus pinitos en el San Marcial de Irún bajo sus riendas obtuvo una tercera plaza en el Campeonato de España de Sófbol cadete en Gavà, Cataluña. Y también difundió su deporte en el Atlético de San Sebastián, dirigiendo a las féminas de División de Honor. Así, en 2008, con una situación bastante precaria, Marineros redobló esfuerzo para hacer frente a las adversidades, y logró un gran hito. El bronce en el estatal de Lugo de Llanera.
La heterogeneidad cultural del Marineros y su afán por seguir creciendo pese a los exiguos recursos ha recibido elogios del mundillo del sófbol, que la temporada pasada vio cómo debía competir como local en las canchas de equipos rivales, dado que el alquiler del campo de Herrera «quedaba fuera de nuestro alcance».
Por fin, en condiciones
Pero Henry Vallenilla nos recuerda que todo trabajo bien hecho acaba, por lo general, teniendo recompensa y en la presente temporada «se ha producido la gran noticia para el sófbol donostiarra, guipuzcoano y vasco en general, con la construcción del campo de sófbol de Riberas de Loiola hace seis meses. Desde entonces, podemos entrenar todos los miércoles y viernes y jugar como locales los fines de semana. No sólo lo podemos hacer abonando una cantidad pecuniaria asequible, sino que además nos permiten guardar todo nuestro material de trabajo». Hasta la fecha, el material viajaba continuamente en el maletero del coche del entrenador, fundamentalmente, o de algún jugador.
Plata en Burdeos
La mejora de Marineros desde que dispone de unas condiciones dignas de entrenamiento no se ha hecho esperar. En la XV edición del torneo internacional Luis Aparicio, disputado en la localidad francesa de Burdeos, el conjunto donostiarra obtuvo la medalla de plata. Sólo dio su brazo a torcer en la final del encuentro ante el Adasi de Zaragoza, pero quedó por delante de potencias como el BCF de París, el Diamantes de Zaragoza, los Panthères de Pessac(Bourdeux, Francia) y los Tigers de Toulouse(Francia).
Ya con una situación más desahogada, Marineros ha podido participar en la Liga Vasca de otoño. Asimismo, tomó parte en el I Torneo de Sófbol Egia, el pasado verano, así como en el I torneo Bar Restaurante Maritxu.
Atendiendo al tesón demostrado en estas seis temporadas y a la devoción que profesan por el sóf-bol, no duden de que este equipo seguirá cosechando títulos para nuestra ciudad. Tiempo al tiempo.
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