Ya ha pasado diez años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 18 de diciembre como Día Internacional de las Migraciones, para conmemorar la fecha en la que se aprobó, en 1990, la Convención Internacional para protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares. En todo este tiempo, España y otros países europeos no han ratificado la mencionada convención pese a que la ONU y las ONG siempre se lo han demandado.

La conmemoración de este día se centra especialmente en el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas migrantes, que tantas veces son presa fácil de actos discriminatorios y actos que atentan contra su integridad y dignidad, sólo por el hecho de ser diferentes.

Este día de las migraciones no sólo deben festejarlo las organizaciones de gente extranjera sino los propios autóctonos. Todos conjuntamente, porque muchos de nuestros vecinos tienen parientes que partieron a otras tierras hace muchos años y allí se establecieron.

Con la crisis, han vuelto a sus países muchos inmigrantes en España, con la ayuda del retorno voluntario o sin él. Perdieron sus trabajos, no han podido pagar las hipotecas y no cuentan con un apoyo familiar que les pueda ayudar a salir adelante. La crisis se ha metido en la vida de todos, sean nacionales, sean extranjeros y ahora asistimos a una nueva diáspora de españoles, en su mayoría, jóvenes, que optan por marcharse y buscar otros horizontes. De ellos también es este día, porque cualquier persona se puede convertir en inmigrante por las vueltas que da la vida y la economía.

El inmigrante es un superviviente y se busca la vida aquí y allá. Reside en una localidad española, allí trabaja, estudian sus hijos y nacerán sus nietos, paga sus impuestos y se interesa por el desarrollo del lugar donde ya se siente como uno más. Sin embargo, faltaba la participación política y social para poder hacer valer su voz en las urnas.

Por primera vez, en las elecciones municipales de 2011, los extranjeros residentes de larga duración procedentes de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Nueva Zelanda y Noruega, van a poder votar, si se inscriben en el Censo Electoral hasta antes del 15 de enero de 2011.

La Federación de Asociaciones de Inmigrantes de Navarra (FAIN) estos días, está dando la información sobre la inscripción en el Censo, con el lema Aquí yo vivo, Aquí yo participo, para que todo aquél que reúna los requisitos se inscriba y tenga la oportunidad de votar, no como inmigrante, sino como un ciudadano más de la localidad española donde reside y para la cual quiere lo mejor.