La ultraderecha alemana se aúna

El NPD y la DVU buscan con su fusión estar más presentes en la vida política germana

El Mundo, ROSALÍA SÁNCHEZ / Berlín , 14-12-2010

Especial para EL MUNDO

No ha habido anuncio oficial ni rueda de prensa, tan sólo una información en la web de la DVU confirmada después por la directiva del partido. La formación de ultraderecha Unión del Pueblo Alemán (DVU) aprobó por unanimidad el pasado fin de semana, en su congreso federal de Turingia celebrado a puerta cerrada, su fusión con el Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD), también de extrema derecha. El NPD, por su parte, ya votó en noviembre su fusión con la formación hasta ahora rival.

La tradicional división y los odios fratricidas entre el NPD y la DVU, fundados en 1964 y 1971 respectivamente, junto a la falta de un líder carismático, han sido la principal causa de que la extrema derecha alemana haya sido mantenida a raya, por debajo del 5% de los votos que exige la ley a los partidos para obtener representación parlamentaria durante las últimas décadas.

Desde 1966 a 1972 el NPD tuvo representación parlamentaria en siete estados federados, pero después quedó fuera del legislativo hasta 2004, cuando entró en el Parlamento sajón, con más del 9% de los votos, superando incluso al Partido Socialdemócrata (SPD), en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, con más del 7% en 2006, y en Sajonia ha conseguido representación en dos legislaturas consecutivas, aunque a la baja.

Este resurgir, todavía discreto a nivel federal, está relacionado con la llegada a la presidencia del partido de Udo Voigt, un ex militar de tendencia moderada dentro del NPD que considera una prioridad la reagrupación de los grupúsculos de extrema derecha en Alemania y que ha logrado acuerdos con otros líderes del sector, como Schönhuber, el fundador de los Republikaner, ya fallecido, y sobre todo con Gerhard Frey, el dirigente de la DVU.

Voigt ha impuesto, además, un cambio de imagen. Atrás quedaron las cabezas rapadas y las marchas militares. Las juventudes del partido reparten comida entre los sin techo y ayudan a encontrar trabajo a los parados, aunque el mensaje político sigue siendo el mismo: xenófobo, anticapitalista y tendente al totalitarismo. Este mismo año han adquirido el Castillo Trebnitz, en Sajonia-Anhalt, donde pretenden crear una institución de élite paraescolar.

También son reseñables los intentos de la extrema derecha austríaca por establecer sinergias con sus colegas alemanes. El pasado mes de octubre, el austríaco FPÖ, el partido del fallecido Jörg Haider, abrió oficina en Renania del Norte-Westfalia con este objetivo.

Según la Oficina de Protección Constitucional, el NPD contaba con 6.800 militantes a finales de 2009 y la DVU con unos 4.000. Las elecciones a la Cancillería celebradas en 2009 confirman que la extrema derecha contaba solamente con un 2% de los votos. El NPD logró un total de 635.00 votos (1.5%), la DVU unos 193.000 (0.4%) y los Republicanos cerca de 46.000 votos (0.1%).

No puede decirse, por tanto, que la fusión vaya a crear automáticamente un partido con tirón electoral suficiente, pero el principal obstáculo del proyecto ha desaparecido y la actual crisis del euro podría beneficiar a la extrema derecha reagrupada, que según el líder del NPD en Berlín, Jörg Hähnel, tiene puestos sus ojos en las próximas elecciones regionales y en un hipotético «eje Dresde-Magdeburgo-Schwerin», en el que cree tener posibilidades. La semana pasada, cuando el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, advirtió que «debemos tomar muy en serio el riesgo de que surja en Alemania un partido político contrario al euro», muchos entendieron que se refería a Die Freiheit (La Libertad): un nuevo partido nacionalista, anti inmigrantes y con aspiraciones de acceder a gobiernos locales que se constituyó formalmente a principios de septiembre y cuyo motor es un político de 45 años, René Stadtkewitz, expulsado de la CDU y estrechamente relacionado con el holandés Geert Wilders.

Tanto Die Freiheit, como la fusión del NPD y la DVU podrían beneficiarse del malestar que la crisis de la deuda en Europa está despertando en Alemania, ya que, según las últimas encuestas, más de la mitad del electorado desearía volver a llevar en los bolsillos el marco alemán.

OORBYT.es

>Análisis de Rosalía Sánchez.

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