Éxitos desde las tinieblas

Lamdassem y Merzoughi, españoles de origen marroquí, podio en el Europeo de cross

La Vanguardia, , 13-12-2010

S. HEREDIA – Madrid

VIDA EN COMÚN EN LLEIDA Tanto Lamdassem como Merzoughi abandonaron clandestinamente su país para instalarse en Lleida

CÁNOVAS,EL ENTRENADOR “Yo les doy paraguayos, cerezas, manzanas…, las frutas que mi yerno cultiva en su huerto”
En la noche del viernes, nada más alcanzar Albufeira (Portugal), escenario ayer de los Europeos de cross, todos los atletas españoles asistieron a un episodio desagradable: les esperaban los vampiros,los médicos que debían someterles a un control de sangre. Y, claro, todos ellos se sintieron acorralados. “Por suerte, no somos los únicos que se han visto así”, contaba el sábado José Luis de Carlos, técnico de la Federación Española. “Por suerte, otros nos dicen que saben qué estamos viviendo”. Dice De Carlos que los alemanes aún le hablan de las desventuras de los tiempos de Dieter Baumann. Y que los rusos le recuerdan los días de Pekín 2008, cuando sus cinco mejores mujeres del 1.500 m se habían visto suspendidas.

Sea como sea, este equipo español, confundido por las noticias que le llegaban desde el centro de la Península, superó ayer el trámite de Albufeira con una nota correcta. Respaldada por dos atletas de origen marroquí, dos hombres afincados en Lleida, la delegación recogió tres podios individuales: la plata de Ayad Lamdassem en la carrera sénior, el oro de Abdelaziz Merzoughi en la júnior y la plata de Cristina Jordán en la sub-23 (hubo otros tres podios por equipos).

Mientras Alberto García dice que “los investigadores deberían buscar más allá del atletismo y del atletismo”, y Eufemiano Fuentes asegura que si habla, “España no gana el Mundial de fútbol ni la Eurocopa”, otras historias parecen escritas para reconciliar a los atletas y a la sociedad. Son historias de inmigración y solidaridad: no puede separarse el éxito de Merzoughi sin citar a Lamdassem. Ambos proceden de Guelmim, una diminuta aldea perdida a las puertas del Sáhara marroquí, ambos han alcanzado España en condiciones excesivas, ambos residen en Lleida, donde se entrenan a las órdenes de Antonio Cánovas, y ambos se hicieron ayer un hueco en el podio, entre las tinieblas que hoy sacuden el atletismo español.

“Yo les doy paraguayos, cerezas, y manzanas… Son las frutas que mi yerno cultiva en su huerto en Lleida. Con esas frutas y el esfuerzo se puede llegar muy lejos. No hacen falta atajos”, dice Cánovas, en conversación con este diario. Cánovas nos cuenta la historia de ambos. Lamdassem, de 28 años (ayer sólo cedió ante el gran Serguei Lebid; el ucraniano ya suma nueve coronas europeas) llegó el primero. Lo hizo en el 2002, tras desertar del equipo universitario marroquí, al saltar por la ventana de su hotel en Santiago de Compostela. “Lo dejé todo atrás y me fui a Valencia. Sabía que en Marruecos no podría ganarme la vida como atleta”, ha declarado a este diario.

Cuatro meses estuvo en Valencia, y luego alcanzó Lleida: frecuentó las pistas de Alpicat y conoció a Cánovas. “Ganó carreras populares y ganó dinero – dice Cánovas-.Todo le ha ido bastante bien. Ahora ya se ha casado y tiene dos críos. Y es tan solidario que aún saca tiempo para ayudar a los otros”.

Entre los protegidos de Lamdassem está Merzoughi (18), un muchacho que abandonó el Sáhara en patera, hace cuatro años, para alcanzar la isla de Lanzarote. “Lamdassem me habló de él. Me dijo que un chico de su pueblo había llegado a Lanzarote. Buscó la forma de traerlo y le ayudó en Lleida. Al principio, Merzoughi vivió en un centro de menores. A los nueve meses lo soltaron y le dieron los papeles. Desde entonces, todos le hemos ayudado. Lamdassem, con el piso. Yo, con los entrenamientos. Está claro: en nuestro país, todos tienen un futuro”.

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