INÉS GARCÍA PÉREZ
Comunidad gitana y educación
Diario de Navarra, , 12-12-2010L A palabra gitano despierta en muchas personas una animadversión difícil de combatir. Para contrarrestarla hace falta diálogo, conocimiento y disposición; poder contemplar la situación libre de prejuicios y estereotipos, más presentes con la comunidad gitana que con otros grupos. Según las encuestas, las personas que no han tratado con gitanos son las que más prejuicios muestran.
Les identifican como un grupo homogéneo, otro estereotipo, ya que la comunidad gitana es tan heterogénea como cualquier otro grupo humano.
Es la educación uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad más cohesionada y justa. Ésta también consigue que las personas adquieran derechos y deberes como ciudadanos, los interioricen y disfruten. Es, por tanto, un objetivo preferente de trabajo de la Fundación Secretariado Gitano, cuya misión es la promoción integral de la comunidad gitana, desde el respeto y apoyo a su identidad cultural. Eso pasa por lograr que las personas gitanas accedan y aprovechen el sistema educativo. A pesar de los avances conseguidos, todavía estamos muy lejos de los objetivos deseados. Lo cierto y lamentable es que el 80% de niños y niñas gitanas que inician la ESO no la terminan. Es un hecho alarmante y mientras no se resuelva no conseguiremos que se acorten las diferencias sociales entre la comunidad gitana y la sociedad mayoritaria. Las personas gitanas son ciudadanas navarras, que llevan establecidas aquí desde hace siglos, y sin embargo nadie lo diría conociendo estos datos.
Aquí se abre un gran abanico de planteamientos. A nosotros no nos vale el juicio simplista de que “los gitanos no van a la escuela porque no quieren”. Es necesario identificar y comprender las causas del fracaso escolar y trabajar conjuntamente: las administraciones competentes, centros educativos, entidades sociales y las familias gitanas. No se puede buscar la salida fácil de culpar sólo a una parte, porque aquí somos responsables todos los agentes implicados: el alumnado gitano debe asumir los valores del esfuerzo y el mérito que la educación implica, sus padres tienen que valorar más lo que el sistema educativo les ofrece, éste debe encontrar formas para ser más receptivo y más inclusivo con este alumnado, y los servicios sociales, públicos y de iniciativa social, deben apoyar con su seguimiento y apoyo la escolarización, al menos durante toda la etapa obligatoria.
Esta es la apuesta de la Fundación Secretariado Gitano y la línea de trabajo que tratamos de impulsar en materia educativa: el esfuerzo conjunto de todos los agentes para conseguir la “normalización educativa” de éstos alumnos/as. Eso sí, con una premisa clara: debe hacerse dentro del sistema regularizado que utiliza el alumnado de la sociedad mayoritaria. Sabemos que no es una tarea fácil, pero la puesta en marcha de tres programas distintos en contenido y objetivos, financiados por la Mancomunidad de Berriozar, Gobierno de Navarra, Ministerio de Educación y Fondo Social Europeo, nos están abriendo puertas a la esperanza en la mejora de esta situación. En dos programas, uno en primaria y otro en secundaria, se trabaja con el alumnado y con sus familias, en colaboración con el centro educativo y dentro de sus dependencias, para reducir el abandono escolar y el desfase curricular. En el tercero, el Programa “Promociona”, se trabaja con alumnos motivados y con un nivel curricular adecuado a su edad, para que, con esfuerzo por su parte, el de los centros educativos, sus familias y el apoyo de la FSG, consigan obtener buenos resultados y puedan continuar sus estudios después de finalizar la secundaria. Se trata de construir referentes para el resto de la comunidad gitana, demostrando que se puede tener formación académica sin perder su identidad gitana. En los tres casos, los resultados han sido valorados como muy positivos por los centros escolares y por las administraciones financiadoras, aunque somos conscientes de que estamos cubriendo una pequeña parte de las necesidades. También nos consta que hay asociaciones gitanas que están realizando esfuerzos importantes en esta materia.
Hemos resentido una campaña de sensibilización, “de mayor quiero ser” dirigida a familias gitanas con un objetivo claro: concienciarles y comprometerles para que sus hijos/as acaben la secundaria. Estas han de interiorizar que la educación es un derecho y hemos de apoyarles con mecanismos eficaces.
Pero, no debemos caer en propuestas segregadas del sistema normalizado que generen guetos, con un espíritu asistencialista, o para desviar problemas. De la segregación escolar nunca vendrá la incorporación social de la comunidad gitana. Sabemos que el camino es arduo y lento, pero también estamos convencidos que la única forma es hacerlo dentro del sistema educativo existente para el resto de alumnos: trazando puentes, mediando, dialogando, con recursos adecuados, pero, sobre todo, creyendo en el trabajo que hacemos e implicándonos al máximo en él.
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