¿Qué pasa por la mente de una niña que se ha quedado embarazada a los 9 años? ¿Cómo afrontan sus padres esa circunstancia y qué solución defienden? A estos interrogantes intenta dar respuesta el documental que hoy presenta Sense ficció (TV – 3, 0.05), Rosita, nombre de la pequeña – nacida en Nicaragua – que adquirió relieve internacional.

Producido y dirigido por Barbara Attie y Janet Goldwater, el trabajo se remonta al 2003, cuando por Latinoamérica se extiende la noticia de que una chiquilla de 9 años se ha quedado encinta, además de infectarse de diversas enfermedades venéreas, como consecuencia de una violación por parte de un vecino.

Rosa, o Rosita – como la acaban llamando los medios de comunicación – , es hija de una pareja de recolectores de café, María y Francisco, que emigraron de Nicaragua para iniciar una nueva vida en Costa Rica. Temiendo por la salud de la pequeña y por su integridad mental, los progenitores intentan desesperadamente encontrar una justificación terapéutica para que su única hija pueda abortar.

Aunque cuentan con el apoyo de especialistas y miembros de asociaciones de defensa de los derechos de la mujer, la pareja tendrá que enfrentarse con los gobiernos de Nicaragua – donde casi el 40% de la población es menor de 14 años – y Costa Rica, países en los que la interrupción del embarazo es ilegal, a no ser que se considere necesaria para salvar la vida de la madre. Los padres encontrarán incomprensión también en la Iglesia Católica e, incluso, en representantes de la clase médica. Además,todos ellos los consideran fugitivos. La historia de Rosita – que finalmente abortó en Nicaragua – acaparó la atención de la prensa mundial, que acabó convirtiendo el drama de la niña y los ataques de descalificación a sus padres en una causa a la que se sumarán numerosas personas y colectivos.

El reportaje, de 60 minutos, ha participado en el Silverdocs Documentary Festival y en el Hot Springs Documentary Film Festival.