Habla un 'sin techo': "Sin ayudas, ¿a dónde vamos a ir?"
Canarias 7, , 04-12-2010«Sólo venimos a dormir, sin molestar a nadie, porque sin ayudas, ¿a dónde vamos a ir entonces?». Con este testimonio desgarrador narró Manuel Vega su día a día durmiendo entre cartones en Las Alcaravaneras y encima ahora sin los 426 euros de la prestación.
Su testimonio es como el de otros muchos tantos que duermen en las calles de la capital grancanaria, personas que no tienen un techo donde cobijarse y que se amparan en la caridad de particulares y asociaciones para comer, asearse y poder salir adelante de una situación de crisis que les ha torpedeado duramente en la línea de flotación.
Manuel Vega, grancanario de nacimiento, ha dedicado su vida a la mar, hasta que hace seis meses todo cambió por completo. Tras divorciarse de su esposa, cogió las maletas hacia otra casa, pero tuvo que dejarla porque se le acabó la prestación por desempleo. «Fue en ese momento en el que no encontré otra salida que irme a la calle, no tuve otro remedio», se lamenta. «Encima, ya no tengo la paga de 426 euros, por lo que mis bolsillos están vacíos», dijo. «Este es un problema que ahora irá a más con el recorte anunciado y, ojalá que me equivoque, pero en breve seremos muchos más durmiendo en la calle ya que hay gente que no tendrá ni para vivir… Es un drama , pero al menos aquí nadie molesta», relata mientras recoge sus enseres para ir a desayunar.
A sus 63 años, Manuel espera a que le llegue la jubilación para poder tener un sustento económico al que poder agarrarse y dejar de dormir a la intemperie. «Eso es lo que me queda, seguir sobreviviendo y esperar a mi retiro para buscar otro estilo de vida. Nunca imaginé terminar en la calle, pero ahora que lo padezco, intento llevarlo de la mejor manera posible. Aquí en la playa somos un grupo grande y todos nos conocemos y arropamos para que nadie nos robe las mantas o los objetos personales. Eso es lo peor de todo, encima que no tenemos nada, nos quitan lo poco que nos queda. Es lo más duro». A las siete de la mañana y tras esconder los cartones donde duerme, emprende camino hacia el comedor de El Carmen gracias al bono guagua gratis que adquirió «después de un día de cola». Allí se bañará y al mediodía, a Cáritas para almorzar. «Yo no tengo vicios, ni fumo ni bebo, por lo que soy feliz sólo con un plato de comida».
Antes de despedirse, una última petición: «A ver si un día Paulino Rivero, cuando pase corriendo por la Avenida, baja a la playa para que vea lo que está pasando en Canarias».
“Tengo más fe en trabajar fuera que aquí”.
Attou Kaadour duerme cada noche al lado de Manuel Vega en Las Alcaravaneras. Este marroquí trabajaba en San Mateo cuidando ganado, pero el dueño lo vendió y se quedó sin empleo. «Ahora no tengo donde vivir y por eso me he venido a este lugar. Es seguro porque en otros sitios me han robado las playeras o la mochila con mis cosas y eso hace que todo se haga más duro aún», relata.
Ahora, sin ayudas de ningún tipo, está a la espera de que su familia le pueda enviar dinero para irse a Bélgica. «Me han dicho que allí hay más oportunidades y con el permiso de trabajo de aquí me valdría. Tengo más fe en trabajar en Bélgica que aquí en Canarias», se lamenta.
Attou se levanta cada día al amanecer para «buscarme la vida». Ayer no pudo asearse en las duchas de la playa porque «han cortado el agua y eso nos deja sin poder lavarnos. Es lo mínimo que pedimos».
(Puede haber caducado)