Hayat es una niña saharaui de dos años que nació con una malformación en una mano. Sus padres llegaron hace apenas dos meses a Vitoria desde un campo de refugiados argelino con la esperanza de que la pequeña reciba la atención médica que requiere. Pero el pasado lunes Hayat enfermó repentinamente y su madre, Umed Leia Saled, la llevó al servicio de urgencias de Txagorritxu. Mientras los pediatras le atendían por un fuerte catarro, Umed y una amiga que le hacía de intérprete se enfrentaban a la burocracia hospitalaria.

Madre e hija carecían de tarjeta sanitaria (TIS) ni de ningún otro tipo de póliza y desde el área de admisión instaron a la progenitora a firmar un documento que establecía que si antes de diez días no presentaba la tarjeta debía abonar 100 euros. La amiga, que lleva siete años afincada en la ciudad, rubricó el documento.

Según su versión, al día siguiente contactaron con los servicios sociales de Txagorritxu, donde les señalaron cómo podían hacerse con la TIS, un proceso que les resultó complicado. Aseguran que también les animaron a dirigirse a alguna ONG. Y ahí entra en acción SOS Racismo, la organización que dirige Fede García, que ayer mostró su «indignación» con Osakidetza.

«¿Para qué sirven sus servicios sociales si no pueden resolver estas situaciones? Nos los derivan alegremente para que les empadronemos», lamentó García. El responsable del colectivo aseguró que su organización ya ha hecho todos los trámites para que la familia reciba la TIS en breve y expresó su convencimiento de que la pequeña «va a ser bien atendida» de su problema.

Sus críticas fueron dirigidas a los servicios asistenciales por su «desatención» hacia estas personas y por derivarlas a ONG sin recursos. «Estamos preocupados», subrayó.

«Fue atendida»

Los responsables de Txagorritxu negaron esa falta de ayuda. «A Hayat se le atendió como a todo el mundo», indicó el gerente del hospital. Francisco Villar indicó que la carta de pago se entrega a cualquier ciudadano que carezca de TIS o de otro tipo de cobertura sanitaria. Agregó que al día siguiente de que la pequeña acudiera a urgencias, admisión central contactó con la madre y le explicó los pasos que debía sequir para empadronarse y lograr la «TIS de universalización» en las oficinas de Olaguíbel para así «no tener que pagar nada». «En ningún momento han estado en contacto con los servicios sociales de este hospital y tampoco se les ha derivado a ninguna ONG», zanjó Villar.