Suiza votó ayer mayoritariamente a favor en el referéndum para expulsar de forma automática a los inmigrantes condenados por delitos graves. La iniciativa, aprobada con con casi el 53% de los sufragios, se produce un año después de que los ciudadanos helvéticos prohibieran, además, la construcción de minaretes en las mezquitas del país.

Ambas iniciativas han sido promovidas por el partido ultranacionalista y xenófobo UDC (Unión Democrática de Centro). La formación se hizo famosa en la campaña electoral del 2007 con la difusión de carteles en los que se veían borregos blancos expulsando del territorio a una oveja negra. En esta ocasión, la UDC ha vuelto ha reeditar dicha imagen junto a otros carteles en los que además se pueden leer mensajes como ‘Ivan S. violador’, ‘Ismir K. abusador sexual’, bajo el rótulo ‘podrán ser expulsados’.

El resultado de ayer era esperado, dado que todas las encuestas revelaban que la mayoría de los suizos mostraban su apoyo a la UDC. La ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga asumió ayer que el resultado es fruto «de inquietudes y miedos de la población que hay que tomar en serio». El recelo de los ciudadanos ante los inmigrantes se disparó ante la constatación de que la mayoría de los reos de las cárceles no son nacionales.

La lista de delitos que conducirán a la deportación automática van del asesinato al tráfico de drogas y pasan también por el abuso de las ayudas sociales. Los implicados, una vez juzgados, serán repatriados sin que su caso sea estudiado de forma individual y no podrán volver a la Confederación Helvética en periodos que varían de los 5 a los 20 años.

Contraproyecto

Para contrarrestar la propuesta de expulsión automática, el resto de formaciones de centro derecha lanzó un contraproyecto, que fue rechazado ayer con el 54,2% de los sufragios. El texto, presentado por el Gobierno colegiado (Consejo Federal), defendía la expulsión de extranjeros que hubiesen cometido delitos graves, pero matizaba que debía seguirse fielmente la Constitución Suiza, la Convención Europea de Derechos Humanos, y los acuerdos de libre circulación firmados con la Unión Europea. La intención del Consejo Federal era evitar otra ola de protesta mundial como la que generó la prohibición de los minaretes.

«Hoy (por ayer) es un día negro para los derechos humanos en Suiza», señaló Amnistía Internacional. Asimismo, varias organizaciones de ayuda a los inmigrantes , partidos de izquierda y la Iglesia, tanto católica como protestante, lamentaron el resultado y mostraron su preocupación por la imagen del país helvético en el mundo.