mensaje en defensa de la unidad del estado

Camacho anuncia que llega la era de la "Catalunya española"

La dirigente popular afirma que un Govern monocolor de CiU "traerá más crisis".

El Periodico, XABIER BARRENA / Barcelona, 27-11-2010

Doble cierre de campaña ayer para la candidata del PPC, Alicia Sánchez – Camacho. Primero, al mediodía, en su pueblo natal, Blanes. Y por la noche, en su ciudad de residencia, Barcelona. Ningún cambio sustancial en el discurso que ha ido repitiendo a lo largo de los últimos 16 días, pero sí en el énfasis que puso en sus palabras. Sánchez – Camacho acabó la campaña casi abrazada a la bandera de España, la forma más gráfica de diferenciarse de CiU, un partido del que más allá de la cuestión nacional no le separan grandes e insalvables cuestiones ideológicas.

El enemigo, en estas elecciones, es CiU. Y el temor, que obtenga una mayoría suficiente como para que pueda prescindir de un apoyo estable. Claro está que en el discurso público de Sánchez – Camacho no hay margen para la duda. En los mítines, la líder de los conservadores catalanes no se ha cansado de repetir que el PPC gobernará y que será decisivo. Ayer mismo, en el polideportivo de Can Dragó, en Nou Barris, auguró el nacimiento de una nueva era, caracterizada por una Catalunya «constitucional y española» donde primará «el bilingüismo y la libertad».

Al mediodía, en Blanes – o, como dijo la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, «en casa de Alicia, con la madre de Alicia, la hermana de Alicia y el cuñado de Alicia» – , la candidata popular lanzó una advertencia a CiU. «El que quiera nuestros votos deberá respetar nuestro programa, que es la apuesta por una Catalunya constitucional», señaló la dirigente conservadora.

Y es que frente a las apuestas soberanistas, tanto de ERC como de CiU, lo que precisa Catalunya, según la líder del PPC, es «fortalecer los lazos con el resto de España». «Catalunya necesita sentirse de nuevo plenamente española», sentenció. Una mayoría suficiente de CiU supondría, en su opinión, iniciar el camino de la «independencia» y «más crisis». En cambio, la presencia decisiva de su partido en el Govern permitiría una «Catalunya en libertad y muy orgullosa de ser española».

El arraigado sentimiento españolista de Sánchez – Camacho tuvo, incluso, su momento emotivo. Lo confesó en el mitin de la noche: «Hoy [por ayer] me he acercado a la tumba de mi padre. Estoy aquí para construir lo que él siempre soñó, una Catalunya próspera y española».

GUIÑOS ‘SOCIOVERGENTES’ / Las referencias a CiU y a su líder, Artur Mas, fueron continuas, tanto en la sesión de la mañana como en la de la tarde. En su localidad natal, la cabeza de cartel afirmó que en los últimos días el candidato nacionalista había lanzado guiños al PSC. «Catalunya no puede soportar tras el tripartito una sociovergencia», clamó la presidenta del PPC, para quien la conducta del nacionalista supone «un claro engaño al electorado» por cuanto buena parte del voto que, según las encuestas, recolectará la federación es un voto antitripartito y anti – PSC.

Pero si la sociovergencia no gusta a la candidata conservadora, menos le agrada una posible alianza entre CiU y ERC. «Catalunya no se puede permitir un Govern de la estelada», subrayó. «No es momento para las tonterías ni para las frivolidades [Esperanza Aguirre lo dijo mejor: «collonades»] independentistas».

¿Y dónde ha quedado lo que parecía que iba a ser el principal caballo de batalla del PPC, la inmigración? Pues en un discretísimo segundo plano. Nada de alharacas como en precampaña. El asunto se ha sustanciado en los últimos actos con un par de frases. Sánchez – Camacho, que trabajó como agregada laboral en la Embajada de España en Washington en sustitución, precisamente, de Cospedal, incluso se definió como inmigrante. Una forma de quitar hierro a una polémica que ha llevado a su partido a la fiscalía.

SOBRE EL PSC Y EL TRIPARTITO /¿Y Montilla y el tripartito? Desde las elecciones generales de 1982, con la UCD, nunca antes el principal partido de un gobierno había sido tan ninguneado. «Van a perder y se les nota», fue todo el comentario que le merecieron a la candidata popular.

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