La iniciativa fue presentada por el mismo partido que propuso prohibir los minaretes en las mezquitas

La iniciativa fue presentada por el mismo partido que propuso prohibir los minaretes en las mezquitas

Justo un año después de que se aprobara en referendo la prohibición de construir minaretes en las mezquitas helvéticas, los ciudadanos suizos deberán pronunciarse mañana sobre la expulsión automática de los extranjeros que hayan cometido delitos graves. El proyecto pretende expulsar inmediatamente a todos los extranjeros que hayan perpetrado crímenes graves, una vez juzgados, sin tener en cuenta su entorno socio – económico ni las circunstancias particulares del hecho.

La iniciativa partió de la ultranacionalista y xenófoba Unión Democrática de Centro (UDC), el mismo partido que defendió la prohibición de los minaretes y que se hizo mundialmente famoso cuando en la campaña electoral del 2007 empapeló Suiza con unos carteles en los que se veían borregos blancos expulsando del territorio helvético a una oveja negra.

Los carteles de los borregos se han reeditado para la campaña a favor de la expulsión de los extranjeros, pero la osadía ha ido esta vez más allá, con unos pósteres en los que se pueden leer mensajes como «Ivan S., violador», «Ismir K., abusador social» o «Maurice C., pederasta», bajo el rótulo: «Con la iniciativa podrán ser expulsados».

Además de xenófobos, los carteles son sexistas, ya que en uno de ellos aparecen dos fotos paralelas: en una puede verse a cuatro jóvenes blancas y esbeltas, desnudas de espaldas mientras se bañan en el lago de Zúrich. En la segunda aparece un grupo de mujeres mayores, cubiertas con pañuelo, con aspecto sucio, y que se bañan vestidas en el mismo lago que las bellas jóvenes. La leyenda dice que la segunda imagen será la realidad de Suiza en veinte años.

Contraproyecto

Con el fin de contrarrestar esta campaña xenófoba, el resto de formaciones de centroderecha decidieron proponer un contraproyecto, que ha sido presentado por el propio Gobierno colegiado (Consejo Federal), en el que se defiende la expulsión de extranjeros que hayan cometido delitos graves, pero respetando la Constitución suiza, la Convención Europea de Derechos Humanos y los acuerdos de libre circulación firmados con la Unión Europea.

Además, han hecho uso de métodos de contrapropaganda, como la edición de un cartel en el que se lee «Benoit S., asesino y suizo desde siempre», en contraposición a los carteles de la UDC que preconizan que algunos de esos criminales extranjeros podrían incluso obtener la nacionalidad en caso de no ser expulsados.

Hasta la fecha, todas las encuestas muestran que la mayoría de suizos estarían a favor de la iniciativa de la Unión Democrática de Centro, un apoyo que los miembros del Gobierno interpretan como el miedo de los ciudadanos ante la constatación real de que la mayoría de los reos de las cárceles helvéticas no son nacionales. Es por eso que solicitan el apoyo a su contraproyecto, para responder a esa inquietud, pero manteniendo el respeto a las legislaciones nacional e internacional.

Por su parte, el Partido Socialista y el Partido Verde piden a los ciudadanos que voten un doble no, una opción cuyo triunfo en las urnas consideran los analistas que es poco probable.