El ciudadano marroquí acusado de introducir ilegalmente a inmigrantes desde Marruecos alegó ayer que las 28 personas empadronadas en su vivienda de Sanet y Negrals «eran familiares» suyos y de su esposa, que en principio estaba también procesada, aunque el ministerio público retiró los cargos.

Mohamed E. F., al que la Fiscalía solicita 27 años de prisión, está acusado de un delito contra los derechos de los extranjeros, un delito continuado de agresión sexual, falsedad documental y robo con fuerza. Y es que, al margen de empadronar en su casa a inmigrantes y facilitarles documentación supuestamente falsa, Mohamed presuntamente violó en varias ocasiones a una de las chicas a las que ayudó a entrar en España.

No obstante, el detenido negó ayer todas las acusaciones ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Alicante y aseguró que todo se debía a «una venganza» porque había despedido de sus negocios a varios trabajadores. Respecto a sus continuos viajes a Tánger, Mohamed E. H. los justificó diciendo que viajaba con frecuencia con el fin de traer productos árabes para las tiendas que tenía en la Marina Alta.

En el juicio comparecieron ayer otros dos acusados marroquís y un funcionario del Ayuntamiento de Sanet y Negrals, para el que en principio el Ministerio Público solicitaba ocho años de inhabilitación por prevaricación al «conceder empadronamientos de personas sin cumplir los requisitos exigidos legalmente para ello».

Sin embargo, la Fiscalía finalmente retiró la acusación tras escuchar su testimonio. «Yo no he empadronado nunca a nadie que no trajera un documento que le identificara», se defendió el trabajador municipal. Y es que, según explicó, para empadronarse sólo es necesario que la persona acuda al ayuntamiento, facilite una dirección y un pasaporte o documento que le identifique, ya que esto no significa que se legalice su situación en el país.

El juicio quedó ayer visto para sentencia, aunque sólo se mantiene la acusación para tres de los procesados.