Parecía erradicado, pero en ocasiones, y puntualmente, resurge. Alrededor de una decena de menores, la mayoría pertenecientes a familias de etnia gitana y residentes en Pamplona y su comarca, presenta una condición de “puro y duro analfabetismo”, que “apenas les permite leer y escribir”. Así lo denunció ayer Belén Minondo, de la Asociación Kamira, que trabaja con alguno de estos grupos para evitar su total exclusión escolar.
Lo hizo al finalizar el encuentro – debate sobre pobreza infantil, organizado por Unicef, que acogió el Parlamento.

Loren Albéniz, directora de Familia e Infancia del Gobierno de Navarra, no negó esta situación, pero quiso matizar “que existe una serie de funcionarios seriamente amenazados por estas familias” y que el problema es más complejo de lo que puede parecer. “No sólo concierne a menores. Atajar esa conjura tan cerrada es un objetivo de integración de minorías sociales”.

Este diálogo cerró una exposición de casi hora y media, en la que se abordaron algunas cifras y claves de la pobreza infantil en Navarra. De hecho, la mención a los casos de analfabetismo se produjo tras la llamada de atención que Miguel Laparra, director del departamento de Trabajo Social de la UPNA, realizó para “subrayar la necesidad de priorizar la inversión en determinados colectivos sociales”. En concreto, citó el de los adolescentes extranjeros “que ni estudian ni trabajan”. Silvia Velásquez, presidenta de la Federación Navarra de Asociaciones de Inmigrantes, compartía esta opinión, “ser inmigrante es difícil y, en edades complejas como pueden ser las de la infancia y adolescencia, más; pero no olvidemos que inmigrante equivale, por definición, a superviviente”.

Los cuatro ponentes iniciaron su exposición con una breve intervención, por separado, en la que valoraron el último informe sobre pobreza infantil elaborado por Unicef. Todos coincidieron en que la posición aventajada de Navarra respecto a España es motivo de orgullo (el índice de pobreza infantil en la Comunidad foral es del 6,8%, frente al 24,1% para el conjunto del país), pero insistieron en la necesidad de seguir trabajando para disminuirla. Miguel Laparra alertó de que esa situación no mejorará sin que disminuyan asimismo las elevadas tasas de absentismo escolar. “El fracaso en el aula de hoy es candidato a la pobreza de mañana”, señaló.