El seny traducido al gallego viene siendo el sentidiño. Pues en el país de Alicia ni seny ni sentidiño. La candidata del PP a la Generalitat es la típica candidata echada palante , que despliega su sonrisa como abanico, que entra a todo. Una candidata muy mediática. Tanto que tiene un videojuego en el que esta tramontana de energía pilota una gaviota que se llama Pepe y desde la que disparaba a los inmigrantes ilegales. La versión conservadora del Matar hippies en las Cíes . Digo disparaba a los inmigrantes ilegales, porque, ante las críticas, decidió cargarse solo a independentistas. ¿En su cabeza a la defensiva será más peligroso el independentista que el inmigrante sin papeles? El problema de esta candidata tan dicharachera es que, tal y como están de revueltas las encuestas, podría ser muleta de Artur Mas y hasta tener responsabilidad de gobierno. Alicia Sánchez Camacho, con toda su inaudita capacidad de improvisación y su desparpajo no finito, podría ser la Basagoiti con gorro payés. Pasaríamos así del delirio del tripartito al romance CiU – PP. El que no emociona ni despidiéndose es Montilla. Ayer anunció que sería la última vez que concurriría a la presidencia de la Generalitat y solo dio pena. Montilla es tan triste que pasa por delante de la Gioconda y le borra la sonrisa. Pide el voto como una limosna: «Vótame, por favor, que es la última vez. Lo juro». Decía Josep Pla, «la limitación de la inteligencia humana es inmensa. Cataluña es un país rico, grosero y espantoso».