“Dijiste que te vas para allá, dijiste que no iba a pasar nada, ¿por qué no cumpliste?” cantaba en quichua Martina, la abuela de Elvia Pasochoa, la segunda víctima ecuatoriana identificada en la matanza de 72 personas perpetrada en agosto pasado en Tamaulipas (México).

“Mamitica, bonitica y ¿ahura ga? una sola te fuiste” también cantaba la tía Agustina mientras esperaban ayer en medio de la lluvia, en el aeropuerto Mariscal Sucre, a que llegara el vuelo que traía de México el cuerpo de Elvia. A las mujeres las acompañaba un grupo de familiares y vecinos que llegaron desde la comunidad El Galpón, ubicado en Quisapincha, a unos 20 minutos de Ambato.

“Soy pobre, no tengo nada, a mi comunidad le consta, mi hija pensando hacer algo de su vida salió….trabajamos en la agricultura, a los ocho meses o al año (produce) lo que cultivamos, por eso mi hija se iba para trabajar”, dijo el padre de Elvia, Manuel Pasochoa. La joven dejó en la orfandad a Joel, de un año de edad.

Pasochoa contó además que su hija tenía pensado ir a Nueva York para reencontrarse con su esposo Jorge Cosquillo. La madre de este joven, María Dolores, está preocupada no solo por el niño sino también por la deuda que deben pagar, la que asciende a unos $ 23 mil entre los dos viajes.

Los dos tenían previsto reunirse en Nueva York, pero desde la última llamada de Elvia desde hace meses no se supo de su paradero. Eso obligó a que el esposo reporte a las autoridades sobre la desaparición.

Elvia no viajaba sola. En esta travesía la acompañaba su prima María Tipantaxi, de 21 años. Ella está desaparecida.

La secretaria nacional del Migrante, Lorena Escudero, explicó que se ha enviado a México un perfil genético y huellas digitales para establecer si coinciden con la identidad de algunos de los cuerpos que se encuentran en ese país.

“Probablemente hay un cuerpo más, estamos investigando”, dijo Escudero.

Hoy, a las 15:00, se realizará el sepelio de Elvia en el cementerio de Quisapincha.