B. PARRA / C. REMÍREZ DE GANUZA
Barcelona / Madrid
Tras rehusar parar el golpe nada
más trascender la polémica
del videojuego de Alicia Croft,
el PP catalán volvió ayer a minimizar
el revuelo creado por
su contenido y justificó el suceso
como un simple «error técnico
». Una anomalía sobre la
que el partido presidido por Alicia
Sánchez-Camacho pidió explicaciones
a Nectaris Mobile,
la empresa que desarrolló la
aplicación, aunque sinmás consecuencias
que la de modificar
el videojuego. Ni sanciones ni
asunción de responsabilidades.
«No quería producir ningún
tipo de perjuicio», subrayó Camacho,
interrogada sobre el posicionamiento
de Nectaris Mobile
tras la polémica. La empresa
argumentaría después en
declaraciones a este diario que
asumía «todas las culpas» por
colgar esta versión de la aplicación
en la web de los populares
catalanes «por error», en lugar
de la definitiva.
«Nuevas Generaciones nos
pidió un juego. En el briefing remarcaron
que querían algo positivo,
transformador, que no
atacara a nadie», recuerdan
fuentes de Nectaris Mobile. En
la última reunión entre ambas
partes, la firma les presentó la
versión Beta del juego, en la
que Alicia Croft lanzaba bombillas
(generadoras de ideas) a un
grupo de inmigrantes ilegales
que caían en paracaídas desde
un avión. Pero la recreación no
convenció a Nuevas Generaciones,
que pidió cambiar algunos
iconos del juego, entre los que
se encontraba el avión de los
inmigrantes ilegales por uno
que dijera mafias ilegales.
La aplicación se ha mantenido
en internet mientras se intentaba
cumplir la voluntad de
las juventudes populares y acabó
colapsando la web del PP catalán
tras recibir 25.000 visitas
en una sola tarde, la del martes.
Desde Génova, el episodio
del vídeo se disculpó ayer en
los pasillos del Congreso como
un «error» imputable, primero,
a la empresa encargada, y segundo,
al secretario general de
Nuevas Generaciones en Cataluña,
que tiene que supervisarlo.
Fuentes próximas a la dirección
nacional justificaron
las buenas intenciones del
proyecto con el argumento de
que en el diseño original las
bombillas eran huevos y que si
se suprimieron éstos fue, precisamente,
para subrayar el
concepto de «ideas» que se
quería trasladar. En todo caso,
las mismas fuentes descartaron
por completo pedir responsabilidades
dentro del partido
y auguraron que la polémica
por el videojuego podría
aguantar toda la campaña
electoral catalana. Un extremo
que Camacho quiere evitar a
toda costa, aunque el resto de
formaciones piensa utilizarlo
en su contra. De hecho, muchos
ya lo hicieron ayer.
El vicesecretario general del
PSOE, José Blanco, instó a Rajoy
a desautorizar el videojuego
para no convertirse en cómplice
de apología de la violencia
y de esa «deriva xenófoba».
El candidato de CiU, Artur
Mas, deploró la iniciativa popular
y avisó de que «quien juega
con fuego se acaba quemando
». Por su parte, el candidato
de Ciutadans, Albert Rivera, tildó
de «desafortunado» el videojuego
puesto que «criminaliza
» a los inmigrantes ilegales.