Blanco achaca la crisis a la «burbuja inmobiliaria» que provocó el PP

La Verdad, GUILLERMO HERMIDA, 14-11-2010

Begoña García Retegui y José Blanco saludan a militantes y simpatizantes antes de comenzar el discurso de la primera :: NACHO GARCÍA / AGM

Begoña García Retegui se estrenó oficialmente como candidata socialista a la presidencia de la Comunidad Autónoma apelando a la remontada electoral. Consciente de que las encuestas no le son favorables, García Retegui quiso hacer suyo el espíritu de las remontadas y la épica futbolística, haciendo un símil entre el PSRMPSOE y el Alcorcón – que eliminó al Real Madrid de los ‘galácticos’ – o la selección nacional de fútbol, conocida como ‘La Roja’, apelativo que la flamante candidata comparte.

Recibida con gritos de «¡Begoña, Begoña!» – «son los de mi agrupación», explicó – , García Retegui cerró el capítulo de las primarias agradeciendo a Jesús Navarro, su oponente, su colaboración actual. El alcalde de Calasparra se levantó puño en alto de su escaño y arrancó el primero de muchos aplausos que los casi 1.700 militantes que llenaban el pabelló deportivo del Infante Juan Manuel desgranaron a lo largo de la intervención de ‘La Roja’.

Pero antes que de la candidata había sido el turno del ministro de Fomento y número tres del aparato socialista, José Blanco, quien calentó el ambiente con una batería de ataques al PP y a su líder, Mariano Rajoy, al que tildó de «anticuado y autoritario». Parecía que los papeles estaban repartidos – Retegui, ilusión; Blanco, ‘caña’ – y el ministro no defraudó.

«Apostar por la especulación y la burbuja inmobiliaria, lo que hizo el PP con la Ley del Suelo, es lo que nos ha llevado a esta crisis tan profunda. Aquellas aguas trajeron estos lodos», dijo el ministro, quien de Murcia se llevó un montón de besos. Eso sí, los cuatro primeros fueron obra de una moratallera, Antonia López, quien le transmitió en dos palabras – «eres cojonudo» – el estado de entrega de la audiencia.

Así que Blanco se creció y aumentó el calibre de la munición: «Si con lugares comunes se resolviera la situación económica, Rajoy sería premio Nobel». Risas y aplausos. «En inmigración, el PP se sitúa en la extrema derecha, la xenofobia y el racismo». Aplauso con ‘crescendo’. «Quieren que retrocedamos como los cangrejos en derechos civiles, y la sociedad española no se lo va a consentir». Ovación cerrada. «Eran el partido de los trabajadores hasta que se supo lo que cobraba De Cospedal». Vuelta al ruedo.

Pedro Saura, secretario general de los socialistas, fue el primero en subirse al atril. El nuevo responsable del SEPES quiso dejar claro que la protagonista en la Región es Begoña García Retegui, a la que dedicó adjetivos como inteligente, preparada, trabajadora, honrada y moderna. De paso, le dejó hecho el primer chiste a Blanco al llamarle «don José», calificativo que el ministro comparó con el Pepe de otros días y achacó a que ahora «yo soy su jefe».

El AVE no podía faltar en una comparecencia del titular de Fomento. 2014 volvió a ser el año talismán, el de la llegada de la Alta Velocidad a la Región, pero no hubo más definición. Blanco sí quiso dejar claro que defenderá la inclusión del Corredor Mediterráneo entre los prioritarios para la Unión Europea, «al contrario de lo que pasó en 2003 bajo el gobierno del PP».

Sobre el agua, fue García Retegui la única que llevó el tema a la palestra. Y lo hizo para defender ese Pacto Nacional del Agua que parece que podría estar fraguándose de la mano de la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar. Retegui también dijo que defendería «a muerte» el trasvase Tajo – Segura, y cerró el acto pidiendo «trabajo duro» e «ilusión» a sus huestes: «Nadie nos dijo que esto iba a ser fácil»

El PP responde a Blanco

El portavoz del PP en la Región, José Antonio Ruiz Vivo respondió ayer a Blanco señalando que «sólo con los casi 4.300 millones que nos debe Zapatero, Valcárcel haría el AVE Albacete – Cartagena, ya que con ese dinero se podrían construir 300 kilometros de línea en alta velocidad». Así, ha calificado ese dato «de maltrato que el Gobierno Central da a la Región, negándose a reconocerle una deuda histórica, como ha hecho con otras autonomías.

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