Multicultural

El Correo, EDURNE BAZ, 14-11-2010

Hubo una campaña publicitaria encaminada a prevenir el consumo de drogas que podría resumirse en una descriptiva idea: esto es lo que tú crees que está pasando, y esto es lo que de verdad está pasando.

En realidad no es necesaria sustancia psicotrópica alguna para la distorsión perceptiva; la vieja idea de que simples molinos pueden ser confundidos con gigantes, o de que todo serán clavos para quien porta un martillo, cobra plena vigencia al analizar el fenómeno migratorio.

Como en el anuncio, muchos vascos creen ser tolerantes y acogedores, mientras albergan miedos y prejuicios que les llevan a estimar que el 16,9 por ciento de la población vasca es extranjera, cuando el porcentaje de empadronados a enero de 2010 es del 6,4 por ciento.

Lo afirma un reciente estudio, que también revela viejas ideas en torno a la relación del inmigrante con ayudas sociales, colapsos sanitarios, índices de delincuencia o puestos de trabajo robados.

En Vitoria, uno de cada diez residentes es extranjero, alcanzando la tasa más alta de las tres capitales vascas.

En la cara, su conversión en crisol de culturas, lenguajes, usos y costumbres, o las posibilidades de saneamiento en las cifras de envejecimiento de la población.

En la cruz, que la población extranjera sigue concentrándose mayoritariamente en zonas concretas, y con muchos de sus miembros en paro.

Y es que la crisis se ha convertido en la nueva sustancia que altera la percepción, en un rotundo sí al enriquecimiento cultural y un susurrado no al empobrecimiento que pudiera suponer el reparto del pastel.

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