Un grupo de entre seis y siete inmigrantes podría haber abandonado Melilla el pasado miércoles después de que, tras vencer su orden de expulsión, la Delegación del Gobierno les haya permitido viajar a la península. Aunque entre ellos hay argelinos, la mayoría son de origen asiático.

En el caso de los indios y bengalíes, llegaron a Melilla en octubre de 2005, cuando la ley fijaba en tres años el plazo de tiempo máximo para hacer efectiva la orden de expulsión. Durante su estancia en Melilla, ese periodo se amplió a cinco años, por lo que se vieron obligados a permanecer en la ciudad autónoma más tiempo del previsto inicialmente.

Según la información a la que ha tenido acceso este diario, algunos de los inmigrantes incluidos en esta primera lista de diez personas han optado por no viajar. El resto tomó el barco que el pasado miércoles partió a medianoche rumbo a Málaga. Sin embargo, no todos tienen pensado rehacer su vida en España. Algunos de ellos han decidido instalarse en Francia, donde tienen familia, o incluso desplazarse hasta Portugal para contar con la ayuda de otros compatriotas.

El resto de asiáticos que aún permanece en el CETI confía en seguir pronto los pasos de su compañeros.