"Nos hemos de quitar la flojera"
El desánimo del voto latino amenaza la mayoría legislativa de Obama
La Vanguardia, , 27-10-2010FRANCESC PEIRÓN – Los Ángeles. Corresponsal
Barack Obama no ha cumplido la promesa de reformar las leyes de inmigración y los latinos dudan si votar
A Dalinda hoy no le toca show. Hace catorce años llegóaLas Vegas. Viajó con su orquesta, la Internacional Sonora MaryMar para unas fiestas del 5 de mayo, y ahí se le paró el calendario. –Nos pesa el ambiente de México, donde el voto parece que no tiene ningún valor. Pero aquí es decisivo para nosotros, nos hemos de quitar la flojera. Los latinos de Estados Unidos, la minoría más importante, cobra cada día más conciencia de su peso estratégico. Aprende a garrotazos, que diría alguno.Acuatro horas en coche de la ciudad de Nevada, en el mercado de la calle Broadway de Los Ángeles, Áurea Walker suelta una exclamación. “¡Claro que voy a votar!”. Confiesa que apoyará a los demócratas, “aunque ese moreno de Obama ha deportado a más gente que el desgraciado de Bush”. –¿Y entonces? –Ni con una pistola en la cabeza iría a favor de los republicanos. Tiran contra nosotros porque temen que somos el futuro. La ley antiinmigración de Arizona ha situado a los latinos en el punto de mira. “No es más que una parte de un problema que se extiende a otros lugares”, añade Dalinda. La irrupción de los ultraconservadores del Tea Party, que les ha señalado como una de las lacras de la sociedad estadounidense, les crea un dilema. Votar demócrata o no votar. –Muchos hispanos están decepcionados con usted. –Yo también estoy desilusionado. Soy presidente, no soy rey. No puedo hacer esas cosas solo. Este retazo de conversación se produjo el pasado lunes. Eddie Piolín Sotelo, líder indiscutible de la radio que habla español en California, y posiblemente en todo el país, le preguntó en la entrevista a Obama por el incumplimiento de su promesa de encarar la reforma migratoria. No es cualquier cosa, más de 11 millones de personas procedentes de la otra América, la que olvidan los del norte al apropiarse del nombre, estána la espera de que se resuelva el asunto. Son los aliens. El presidente, que ha viajado al oeste americano para reconquistar apoyos, ha centrado parte de sus esfuerzos en rebajar el descontento entre los hispanos, un colectivo que le apoyó de forma masiva en la convocatoria del 2008. Obama, ante los micrófonos de Piolín, reconoció que hay compañeros de partido en el Senado que ponen cortapisas a esa regulación. Sin embargo, subrayó que son sus rivales los que han bloqueado cualquier posibilidad legislativa. “Si los latinos no participan en estas elecciones –lamentó el inquilino de la Casa Blanca en su viaje de costa a costa–, estarán castigando al amigo y dando su apoyo al enemigo”. Nevada y California desempeñan un papel esencial en las elecciones del 2 de noviembre. Sobre los dos escaños de senadores en juego, que hoy ocupan los demócratas Harry Reid y Barbara Boxer, respectivamente, se cierne la amenaza. Estos dos estados, afirman los analistas, serán decisivos para que los progresistas mantengan el control de la Cámara o bien cedan el testigo a los rivales. Entre los latinos, pese al revuelo de Arizona, se observa cierto desencanto de cara a los comicios legislativos del próximo 2 de noviembre. “¿Obama?, un fracaso, no ha hecho ni un poquito. Hay poca fe”, asegura Ángel, un indocumentado, y por tanto, sin opción a papeleta, en el restaurante El Rancho. “Cada día hacen más redadas contra nosotros”, sostiene. Si mira hacia atrás, hace dos años pensaba que hoy ya sería un ciudadano de EE. UU.
Maltratados por los republicanos y olvidados por los demócratas, las encuestas advertían que su índice de participación podía ser de los más bajos de los últimos años. Las últimas demoscopias apuntan, sobre todo en California y Nevada, a que los errores de los republicanos les han vuelto a motivar. “Nos están dando energías”, señala el señor Ernesto, empleado de un casino en Las Vegas, quien está convencido de una circunstancia: “Los hispanos somos el arma secreta”.
Ahora están dispuestos a decidir en Nevada después de que los amigos de Sharron Angle, la radical del Tea Party que se enfrenta a Harry Reid, prepararan unos anuncios en los que se incitaba a los hispanos a no ir a votar. Toda una profanación en la tierra de la democracia. Las televisiones frenaron la emisión, pero el spot se colgó en internet. El efecto fue a la inversa y despertó el espíritu de Arizona, donde sigue la movilización. Muchos latinos desanimados se han sentido insultados y han recuperado energías.
En California, el descubrimiento de que la aspirante republicana a gobernadora, Meg Whitman, tuvo durante nueve años a una empleada de hogar mexicana sin papeles ha provocado indignación y ha dado gasolina. Así, Aurea Walker, de 60 años, hace suyo el discurso que exhiben muchos latinos, pese a la decepción. Si Obama no ha hecho más es porque no ha podido. La herencia era desastrosa.
El estado californiano es el primero en el que las minorías son mayoría, según Jane Junn, profesora de ciencias políticas. Entre éstas, la de los hispanos es, por mucho, la principal. Su decantamiento demócrata (salvo los cubanos) se remonta a 1994. Pete Wilson, para lograr la reelección a gobernador, centró su campaña en la xenofobia. “Ganó – explica el analista Dadid Locker-pero estigmatizó al partido”. LA AGRESIÓN EN UN ACTO DEL TEA PARTY A UN MILITANTE DEMÓCRATA www. lavanguardia. es/ internacional
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